Por: Margarita Restrepo
La vida entendida como máximo valor en las sociedades, postulado que atraviesa todas las culturas, evoca un concepto preponderante cuando se trata de algunas poblaciones específicas, tales como, niños, niñas y adolescentes, mujeres, discapacitados y adultos mayores. Es por ello que las políticas públicas determinan acciones en pro del fortalecimiento de procesos para la preservación y proyección de sus vidas.
El homicidio en contra de la Mujer en nuestra ciudad, es una situación que requiere de una alta dosis del compromiso social, de las instituciones y de la comunidad en general, que invita en primer lugar a la mujer a recuperar su rol de humanizadora por naturaleza de la sociedad.
Según el concejo de Medellín, 91 casos de asesinatos de mujeres se presentaron, en la ciudad en 2012, para 2013 la ciudad presentó reducción de homicidios a nivel general frente al año anterior y al comportamiento de otras ciudades, sin embargo la situación es preocupante.
Por: Margarita Restrepo
La vida entendida como máximo valor en las sociedades, postulado que atraviesa todas las culturas, evoca un concepto preponderante cuando se trata de algunas poblaciones específicas, tales como, niños, niñas y adolescentes, mujeres, discapacitados y adultos mayores. Es por ello que las políticas públicas determinan acciones en pro del fortalecimiento de procesos para la preservación y proyección de sus vidas.
El homicidio en contra de la Mujer en nuestra ciudad, es una situación que requiere de una alta dosis del compromiso social, de las instituciones y de la comunidad en general, que invita en primer lugar a la mujer a recuperar su rol de humanizadora por naturaleza de la sociedad.
Según el concejo de Medellín, 91 casos de asesinatos de mujeres se presentaron, en la ciudad en 2012, para 2013 la ciudad presentó reducción de homicidios a nivel general frente al año anterior y al comportamiento de otras ciudades, sin embargo la situación es preocupante.
De acuerdo con el Centro Seguridad y Democracia, la tendencia a la baja en el tema de homicidios, al comparar las estadísticas de los primeros semestres durante los últimos seis años, 2103 se configura, en el nivel nacional, como el que tiene la tasa más alta presentada durante los últimos tres años, evidenciando una variación en la tendencia a la baja de la última década.
Hay que diferenciar entre homicidio de una mujer y femicidio, éste se refiere al homicidio evitable de mujeres por razones de género, es decir, existen dos condicionantes para que se considere femicidio, lo que también lo incluye como una acción violenta contra la mujer.
El tema implica una toma de conciencia de todos los actores sociales, el Estado en primer lugar, la familia como núcleo social, la educación, la iglesia, las instituciones y de manera colectiva la sociedad, orientada a preservar la vida, a respetar las diferencias, a educarnos y formarnos en valores, sólo así lograremos la PAZ.
La justicia social y la equidad son el resultado de unas acciones tomadas por todos como estrategia de convivencia. Ya que muchos de los casos de asesinatos de mujeres se producen porque la mujer ha ido perdiendo su rol, es decir, puede ocurrir que algunas mujeres han desvirtuado el tema de igualdad de género, lo que la ha llevado a generar un remedo de hombre, visualizado en su inclusión a la delincuencia. Muchas de nuestras mujeres se han convertido en cabecillas de bandas delincuenciales, incluso en duras “gatilleras”, algunas hacen parte de redes de distribución y micro tráfico de alucinógenos.
La desprotección y falta de acompañamiento, así como de oportunidades de empleo, de acceso a la educación, al emprendimiento, han ido convirtiendo a nuestras mujeres en seres indolentes capaces de cometer los más escalofriantes vejámenes; desperdiciando el ejercicio pleno de su rol como, dadora de vida.
La mujer funciona armónicamente por naturaleza, puesto que es una mezcla de pasión y razón, que debe elevar las velas correctamente para que el baro tome su rumbo y sin dejar que el viento del azar impida la plena realización de sus proyectos.
El secreto puede estar en rescatar el verdadero rol de una mujer íntegra, luchadora, emprendedora, dinámica, como la matrona de otrora que acompañó los procesos de industrialización más representativos de aquella Antioquia la Grande, donde los arrieros y campesinos trabajaron unidos para generar entre todos el desarrollo de nuestra sociedad. Aún es posible, la seguridad democrática es pieza fundamental para garantizar la gobernabilidad e institucionalidad del país, la mejor opción es el Centro Democrático. CON TODA SEGURIDAD…MÁS SOLUCIONES REALES.