Por un lado el Deportivo Independiente Medellín define hoy el campeonato de fútbol profesional, por el otro un grupo de sus dirigentes o ex dirigentes enfrentan una investigación penal por posibles conductas punibles. De este último tema dejo que sea la Justicia la que se ocupe. De los encartados solamente conozco a dos de ellos y les tengo aprecio.
Los dolores de cabeza administrativos para el DIM apenas comienzan. Cuando surgió el proyecto Sueños del Balón se hizo con el objetivo incuestionable de democratizar el equipo y entregarles sus acciones a los hinchas. A poco iniciar la presencia de Sueños en el campo directivo, este propósito quedó relegado y por parte alguna se vio el interés de llevarlo a la práctica.
El primero en prender las alarmas fue el doctor Eugenio Prieto Soto quien renunció a pertenecer a la nueva institución el día 12 de marzo del presente año, cuando vio que la democratización accionaria no era la prioridad de los nuevos dueños. Bien dijo Prieto Soto en su carta de renuncia que : “(…) He sido reiterativo en la necesidad de buscar para el proceso actual DIM-Sueños del Balón tres aspectos fundamentales: Unión de voluntades y propósitos alrededor de los objetivos –“sueños”–, es decir, consenso; recuperar la mirada de largo plazo, y allí se requieren equilibrio, ponderación y recursos; y consolidar el proceso de democratización o socialización de los derechos deportivos para que los aficionados y los hinchas se conviertan en los verdaderos propietarios del DIM, uno de nuestros sueños, –espero que aún lo sea–”.
La constitución de una fiducia entre los nuevos y los antiguos dueños del equipo sería la garantía de transparencia del futuro de la Institución. Todo se hizo conforme a lo previsto. El proyecto de hacer del DIM una universidad del fútbol en Colombia, se ha ido quedando en meras promesas. No obstante que en sus inicios los amigos de Sueños del Balón se dedicaron, según Eugenio Prieto, “con entusiasmo a lograr una auditoría integral, jurídica, financiera, contable, administrativa y técnico-deportiva que les permitiera conocer la realidad clara y precisa de la Institución en la posibilidad de realizar un corte de cuentas y poder avanzar en la propuesta de conformar en el tiempo, no solo un gran equipo, sino un club y más aún, una verdadera empresa deportiva”, hoy esas ideas se quedaron en las buenas intenciones.
Muchas son las conjeturas que han surgido a raíz de los sueños frustrados con Sueños del Balón, pero no voy a caer en la tentación de especular con asuntos tan serios que de pronto no son más que meras especulaciones. Lo cierto parece ser que la ambición se apoderó de muchos en el nuevo proyecto y el objetivo central, la democratización, no se pudo realizar o no se ha querido iniciar. Pueda ser que estas equivocaciones no lleven al equipo a pasar por las dificultades que hoy vive el América de Cali, el otro finalista del campeonato del fútbol profesional colombiano, y allí sería la hecatombe, para usar una palabra de moda, para un equipo popular y querido por los antioqueños.
En lo deportivo hay que reconocer la brillante actuación de su cuerpo técnico y de sus jugadores, merecen nuestro reconocimiento cualquiera sea el resultado hoy, que esperamos sea favorable para contento y satisfacción de una sufrida afición.
Notícula. Falsas ilusiones le vende el gerente del IDEA a la opinión pública, lo mismo que al Presidente Uribe Vélez. Recientemente una misión de Vale Do Río Doce se reunió con los directivos de Pescadero Ituango y en forma contundente los extranjeros manifestaron que esa empresa no hacía negociaciones donde se incluyeran primas o pago de beneficios anticipados porque no van a cancelar dos veces la energía, como lo está propalando el IDEA con unos supuestos 700 millones de dólares para los socios del proyecto, una vez realizada la negociación. También dejaron claro que cualquier decisión sobre su vinculación al proyecto dependerá de un estudio de factibilidad sobre el puerto de Urabá y la planta de aluminio, estudio que demoraba algo más de un año y que tiene un costo de 20 millones de dólares y que Vale acometía estos estudios siempre y cuando les garantizaran exclusividad sobre los proyectos, pero que solo al final de ese estudio tomarían una decisión.