Ruben Darío Barrientos

Por: Rubén Darío Barrientos G.

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El Tiempo, publicó esta semana dos titulares destacados el mismo día: el primero decía que “coalición de centroderecha toma ventaja en el partidor” y el segundo rezaba: “las opciones para la centroizquierda tras salida de López”. La pregunta obligada es: ¿Son centroderecha y centroizquierda, como se expresó, o son derecha e izquierda a secas? En fecha pretérita, el periódico Portafolio tituló: “Fajardo, candidato de la Coalición Colombia de centroizquierda”. La pregunta obligada es: ¿Jorge Robledo es centroizquierda? ¿Claudia Nayibe López es centroizquierda? ¿Fajardo es centroizquierda?

Entretanto, en el portal Las2Orillas, Alonso Salazar explicó que ve a Fajardo en el espectro confuso de la política como de “extremo centro”. Pareciera esta expresión formar parte de una subclasificación de “centro” que busca reafirmar un sitial al motejarse de “extremo” que por ningún motivo confluye en la izquierda ni a la derecha. Algunos analistas expresan que en Francia triunfó el “centro-centro” con Emmanuel Macron, para dar a entender que en esta clasificación tampoco coge ni para la diestra ni para la siniestra. Definitivamente hablar de “centro” suena a anestésico bendito para conjurar los radicalismos políticos.

Dicen los historiadores que los conceptos “derecha”, “izquierda” y “centro” emergieron de la Revolución Francesa de 1789, toda vez que a la derecha de la presidencia de la Asamblea Nacional Constituyente se ubicaron los tradicionalistas; a la izquierda los que reclamaban cambios estructurales y al centro, los que querían una reforma sin violencia social. Ahora bien, se dice que los partidos de “centro” son más propios de monarquías parlamentarias, pues el bipartidismo se considera más polarizado y –hay que decirlo también–, no faltan los que mencionan a partidos de “derecha moderada”.

Ya entiendo un portal peruano (de Arturo Alejandro Muñoz), que dice que “el centro es como un más o menos, como un miti-miti y como algo buenito. Y que declararse centrista suena como a pacífico, como a no ser ni chicha ni limoná”. Lo cierto que hoy existe un pánico a ser estigmatizado en “derecha” e “izquierda” y allí toma fuerza lo de “centro”, que es un prefijo de “derecha” (centroderecha) y de “izquierda” (centroizquierda”). Llama la atención que no salen a flote políticos solamente de “centro”, sino que se pegan como garrapatas a denominaciones partidistas clásicas.

Con sobrada razón, Infobase explica que “en la actividad todos están apostando a lo que se conoce como un partido atrápalotodo, pues se afirma ser de puro centro de la mitad del medio”. Yo creo que ante el desgaste de los partidos tradicionales, la esencia no es mostrarse de izquierda ni de derecha, sino de “centro” combinado. Se pregunta: ¿Es un lugar el centro político? Y en el radar de las gentes, se exhibe una ubicación como intermedia. Sin embargo, conceptúo que en nuestro país es una posición vaga, que solo tiene el propósito de eludir dogmatismos visibles para los electores.

Una vez leí a un opinador internacional que hablaba de que el “centro” es la retórica de la ambigüedad calculada. Inteligente definición, sin duda alguna. En Colombia, se ha hablado siempre de que los partidos Conservador y Liberal son de derecha y el Partido Comunista, la Unión Patriótica y el Polo Democrático Alternativo, son de izquierda. Del Centro Democrático, se manifesta que es de derecha, aunque Santos lo tildó en campaña presidencial de extrema derecha. Hoy, el partido de las Farc, es obviamente de izquierda, sin ambages.

Algunos se han metido con el concepto de socialdemocracia, para morigerar la clasificación de las organizaciones políticas. Actualmente, sigo pensando que el concepto “centro” es un comodín, para enervar el temor a que sindiquen las organizaciones políticas de militancia polarizada de “derecha” o de “izquierda”. Suena como bonito ser de “centro”. Otra cosa es creer que se sea de ello desde sus bases. La retórica manda hoy, hasta enviar mensajes insoslayablemente apacibles que cautiven a los votantes que tragan entero eso de “centro”.