Por: Jaime Jaramillo Panesso

Los zurdos europeos, especialmente los franceses, sintieron un chorro de luz sagrada que iluminó sus caras. Por fin había aparecido el heredero de la revolución nativa  en América Latina, continuador de Ernesto Guevara, de Atahualpa, de Fidel Castro  y Emiliano Zapata. Precisamente se denominaban sus huestes Ejército Zapatista. Con la pose de intelectual, su pasamontaña limpio, una cachucha moteada como indicio de combatiente y una pipa con picadura inglesa, el Sub-Comandante Marcos  informaba al gobierno mexicano y al mundo entero que los indígenas y proletarios de Chiapas se levantaban en armas contra el gobierno. Era el 1 de Enero de 1994, es decir, hace veinte años.

Dentro de su uniforme militar y detrás de la pipa estaba el filósofo Rafael Sebastián Guillén, quien fungía de Sub-Comandante del surgente Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN. A partir de ese momento el Sub-Comandante Marcos, cuyo anonimato exaltaba la curiosidad del mundo entero, especialmente en las mujeres y en los miembros de las oficinas de la seguridad e inteligencia policial, quedó preso del color y la expresión de sus ojos que sobresalían como sobresalen los de las mujeres musulmanas por la ventanilla frontal de la burka. Marcos fue universitario, hijo de una familia de clase media originaria de Tamaulipas. Marcos guerrillero estuvo influido por el maoísmo que le dio los instrumentos metodológicos para irse a la Sierra Lacandona e incrustarse entre los indígenas. Otros señalan que fue el pensamiento de Gramci, el ideólogo comunista italiano, su modelo filosófico. Lo cierto es que Marcos resultó escritor en tiempos de resistencia y cese al fuego bilateral (como dirían los mamertos colombianos). Publicó cuentos y poemas. Además enfrentó a la izquierda mexicana dirigida por López Obrador y pidió la abstención electoral, con la cual perjudicó notablemente al PDR que perdió las elecciones contra Felipe Calderón por 0.56% de los votos, los mismos que hubieran sido suficientes si Marcos no hubiese predicado la abstención.

 

Como en toda organización ilegal armada, Marcos se autocalificó de Sub-Comandante porque el verdadero Comandante, según Marcos, era el pueblo indígena, un comandante colectivo de ejercicio ficticio por su dispersión. Pero, además, esa estructura de mando le permitía ser generoso para con los subalternos y altruista con los admiradores extranjeros y nacionales.

La conmemoración del 20 aniversario del alzamiento del EZLN no ha sido motivo, sin embargo, para sacar a la luz pública de nuevo al Sub-Comandante Marcos, silencioso desde hace seis años por su propia voluntad. La dirección de los festejos ha estado en los “comandantes” Hortensia y David, de la etnia tzotzil. Los indígenas que siguen organizados en la zona de Chiapas han adquirido un estatus de dignidad y de vocería escuchada por sectores minoritarios en México y en el exterior. La lucha armada, tan evidente en los comienzos del levantamiento, ha sido postergada o simplemente eliminada como estrategia para la toma del poder. “Nuestra palabra es la forma de nuestra lucha” dijo Marcos hace ya varios y lejanos lustros.

¿Ha sido estéril la revolución neozapatista del EZLN? Al hacer balance los analistas mexicanos han expresados en este 20 aniversario: 1.Chiapas es la segunda entidad territorial con mayor grado de marginación, donde el 78% de la población vive en la pobreza. 2. Chiapas tiene el índice más alto de analfabetismo, el 18%, el triple de la media nacional.3. El 15% del total de viviendas siguen con piso de tierra. En 1990 el porcentaje era del 48%. 4. Hay menos homicidios y menos violencia contra las mujeres por temas como el alcoholismo, pues está prohibido beber en los “caracoles” o sitios de encuentro colectivo cultural y político.

No son muchos los avances de la revolución que acusa estancamiento, un movimiento indígena con tendencias aislacionistas y proclives a sacralizar lo étnico por encima de la condición de ciudadanos. Esto ocurre al sureste de los Estados Unidos Mexicanos. Al norte está la confrontación del estado y la sociedad con las estructuras criminales del narcotráfico, donde han nacido organizaciones civiles en armas como Los Caballeros Templarios, en Michoacán. El estado federal y su gobierno central acusan una crisis que es un desmadre de las autoridades legítimas. Y el subcomandante Marcos goza de buena salud y de especial silencio. La revolución con pipa pacífica al menos lo convirtió en un mito.