Por: Hernán Pérez Zapata

Coincidimos con la denuncia del Senador Jorge Enrique Robledo que nos sirve para el titular. Fue repetida en el conversatorio en  Santa Fé de Antioquia con más de 300 líderes del Occidente de Antioquia. Igualmente en Apartadó (Urabá), en Amagá y Andes , en el suroeste, ante nutridos grupos de participantes. Fue el inicio de su campaña para continuar en el Congreso de la República, defendiendo al campesinado y al empresariado  colombiano, como cabeza de lista por el Polo Democrático Alternativo.

El Gobierno Santos propicia la competitividad y productividad con la revolución verde de las multinacionales de agro tóxicos y monopolizadoras del mercado. Continúa la acelerada ruina para 560.000 familias cafeteras en su gran mayoría pequeños, más del 90%, con menos de 5 hectáreas. Se propicia el monocultivo, el máximo uso de fertilizantes, plaguicidas y matamalezas químicos, con precios cada vez más altos. Se especializan en “meterle la mano al bolsillo del caficultor” para engrosar sus arcas y las de las multinacionales. Los precios del grano bajaron 18,91% en el 2013. Desde 2011 cuando se tuvo el máximo precio, estos han bajado 64,87%, según Fedecafé.

Ya los bananeros conocieron los nefastos resultados de estas políticas. Se eliminaron los más pequeños y medianos en las Zonas Bananeras del Magdalena y Urabá. También los lecheros de California han visto la negra película. Si en 1980 había 6.700 productores, ahora solo hay 1.600. Los más “pequeños”, con 1.000 cabezas de ganado lechero, están trabajando a pérdida y acabando o vendiendo sus explotaciones, por la competitividad y productividad que propicia su quiebra con el salvajismo neoliberal.

Va a pasar igual con el resto de cafeteros, lecheros, paperos, ganaderos, arroceros, pequeños, medianos y aún grandes productores del campo Colombiano.  Es la ley del capitalismo monopolista,  de su fase superior de opresión a las grandes mayorías del campo y la ciudad.

Los monocultivos y monoexplotaciones animales se transforman en “agricultura sin agricultores”. El ambiente se deteriora con la intensiva revolución verde de los monopolios.

Se generalizan sequías, inundaciones, incendios forestales, sunamis, tormentas polares y tropicales, amenazas de aumentos de temperaturas hasta en 4 grados centígrados, deterioro de los suelos, desertización,  desaparición de los trópicos y el auge de los“desastres ambientales” que los monopolios tratan de encubrir con la denominación mentirosa del cambio climático.

Podrán resistir los pequeños, medianos y los mismos empresarios del café, la lechería y el resto del campo, la arremetida del libre comercio globalizado con los 20 TLC aprobados por los Gobiernos de Santos y Uribe, con los 50 países más ricos del mundo, encabezados por E.U., que subsidian generosamente sus productores ?.

En Colombia se generaliza la ruina para campesinos y el empresariado nacional. Queda solo el monopolio de las multinacionales que busca controlar todo, desde la tierra y su producción, hasta el mercado interno y externo. Los hechos demuestran que no subsistirán nuestros cafeteros, lecheros, arroceros, paperos y demás productores de nuestra dieta alimentaria,  base de nuestra soberanía nacional.

Igual ocurre con la pequeña y mediana minería y con toda la industria de capital nacional. De la minería no nos quedan sino huecos, desolación, miseria, desempleo. El régimen privatizado de salud solo permite que se atiendan acertadamente los Juan Manueles, los Cesar Gavirias, los Alvaro Uribes, los Garzones y demás entreguistas de nuestra economía al capital foráneo como lo impone Washington.

Por estas razones, debemos buscar una nueva democracia en favor de nuestros caficultores, productores del agro y mineros nacionales, industriales del campo y la ciudad y quienes propugnamos por adecuados servicios públicos de salud y educación. Igualmente los que reclamamos el abastecimiento interno de nuestra dieta alimentaria, libre de agro tóxicos y de las exorbitantes ganancias al capital foráneo que les garantiza el actual Gobierno de los Juan Manueles,  como los llama el Senador Robledo.

Nuestra única salida electoral, civilizada y democrática,  es derrotar en las urnas a los voceros del modelo neoliberal, devastador de nuestro agro. Solo cambiará si mantenemos a Jorge Enrique Robledo y demás candidatos populares a Senado y Cámara de Representantes, en todos los Departamentos del país,  en las elecciones del próximo 9 de marzo.

Y tambien eligiendo en mayo 25 a Clara Eugenia López Obregón como  Presidente de la República,  para la nueva democracia en defensa de lo nuestro: nuestra soberanía, trabajo y producción nacional.