Por: Rodrigo Pareja
Las opiniones expresadas en esta columna, son responsabilidad de su autor
Se imaginan ustedes el escándalo que se habría armado si la cuña radial del falso Uribe que promueve el nombre de Juan Manuel Santos, hubiera salido dedicada a cualquier otro de los competidores de la contienda electoral ?
Habría respondido el candidato del gobierno que esa cuña era solo un ingrediente más que ponía picardía y humor a la campaña electoral? En esa eventualidad, con el falso Uribe promoviendo a otro candidato distinto al suyo, el verdadero que está en la Casa de Nariño habría guardado el silencio que hasta ahora ha mantenido?
Como el mal ejemplo cunde y casi siempre se tiende a repetir lo malo y no lo bueno, qué puede pasar si a algún candidato se le ocurre contratar otro falso Uribe y en su voz promover una candidatura distinta o criticar algunas de las actuaciones del protegido del gobierno ?
Qué tal una cuñita de este tenor:… “Hijitos… cuando grabé el pasado comercial a favor de mi pupilo no tuve en cuenta lo de los falsos positivos. Es que estas carnes y estos huesitos ya van sintiendo los años y me flaquea la memoria. Así que piénsenlo mejor y decidan bien su voto el 30 de mayo… Todo sea por el bien de esta patria”.
O esta otra:… “Compatriotas, den por no escuchado mi anterior mensaje de respaldo a Juan Manuel. No recordaba al momento de grabarlo, que él anda en malas compañías como Rodrigo Rivera y Roy Barreras, que nada bueno pueden aportar a esta patria. Voten bien el 30 de mayo”.
Volviendo a la pregunta del párrafo inicial, la primera reacción — obviamente en contra y condenando semejante “irrespeto con el primer mandatario” – habría sido una alocución presidencial en tiempo triple AAA y por todas las cadenas.
Enseguida se habría abierto una exhaustiva investigación para establecer el origen y los JJotas Rendones que estuvieran detrás de semejante atropello, sin contar, de pronto, con sanciones aplicadas por el Ministerio de la Tecnología y las Comunicaciones, tan laxo y tolerante frente a tantas y tantas violaciones del inoperante estatuto de radiodifusión.
Como dice el refrán popular, las patadas se reciben según del burro que vengan, y tal parece que estas coces radiales contra la decencia, la neutralidad y el equilibrio que deben primar en una contienda electoral, son bien acogidas en las altas esferas.
Al fin y al cabo se trata solo de ponerle algo de “picardía” y “humor” al debate, según la ingenua o cínica — como cada quien la entienda — calificación que de ellas hizo el candidato del gobierno.
Las desafortunadas cuñas del falso Uribe, son un aporte más al argumento central que millones de colombianos esgrimen para justificar su voto el 30 de mayo por algo que signifique un cambio del pernicioso “todo vale” instaurado en mala hora en Colombia.
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