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343 líderes sociales y defensores de derechos humanos han sido asesinados en Colombia entre el 1 de enero de 2016 y el 22 de agosto de 2018, según el más reciente informe de la Defensoría del Pueblo.

En el departamento del Cauca han sido documentados 84 homicidios; en Antioquia van 46 muertes violentas; 21 ocurrieron en Norte de Santander; 20 en Nariño; 18 en el Valle del Cauca; 17 asesinatos ocurrieron en Chocó; 14 líderes fueron asesinados en Risaralda e igual número de líderes sociales y defensores de derechos humanos fueron muertos en Arauca, señala la Defensoría.

El representante a la Cámara, Nicolás Albeiro Echeverry Alvarán, lamenta que el Gobierno Nacional no haya sido capaz de sofocar esta racha de violencia contra los líderes sociales y los defensores de derechos humanos, quienes se han convertido en objetivo militar de grupos armados que, según parece, el propio Gobierno no ha podido determinar.

«El estado de indefensión en que se encuentran líderes comunales y sociales, campesinos e indígenas, defensores de derechos humanos y reclamantes de tierras, es proporcional a la incapacidad del Estado de garantizar la vida, honra y bienes de cientos de colombianos sobre quienes persiste la mira asesina de bandas criminales», manifiesta el Representante antioqueño.

Nicolás Albeiro Echeverry siente que estas muertes violentas selectivas son una lamentable cortina de dolor que no ha permitido ver el alcance del Acuerdo de Paz con las FARC. Por eso considera indispensable que con las modificaciones que constitucional y legalmente pueda hacer el presidente Iván Duque de dicho Acuerdo, debe comprometerse con la vida de líderes, campesinos e indígenas cuyas muertes se han convertido en el peor suceso del pos acuerdo.