CIFRAS PREOCUPANTES: EL CONSUMO DE DROGAS

Por: Alfaro García

Colombia es uno de los mayores productores de cocaína y uno de los primeros abastecedores de la demanda en los Estados Unidos y Europa. En Colombia tenemos una larga tradición en cultivo, producción y tráfico de estupefacientes, con especial énfasis en las últimas tres décadas.

Pero si las anteriores cifras han debido preocuparnos, las de hoy tienen que generarnos escándalo: somos un país productor y al mismo tiempo consumidor.
La Dirección Nacional de Estupefacientes –DNE- y el Ministerio de Protección Social adelantaron sendas encuestas con el fin de recolectar información sobre el consumo de sustancias psicoactivas en el país, entre 1996 y 2008.

 

En 1996, el 5% de la población había manifestado haber consumido drogas. En 2008, el consumo se ha elevado al 8%. Los datos evidencian lo que comprobamos en las calles de municipios y ciudades: cada vez vemos más personas consumiendo drogas, cuando años atrás no era tan frecuente el uso de sustancias psicoactivas en espacios públicos.

Las drogas más consumidas son la cocaína, la marihuana, la heroína y el bazuco, sustancias que perjudican la salud de muchos jóvenes y ciudadanos. Alejandro Gaviria, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, en su estudio sobre el consumo de drogas, señala que éste ha aumentado en todos los estratos sociales; el consumo inicia cada vez más en edades más tempranas. 16 años, en promedio, según la encuesta de 2008, y han sido pocas las medidas de prevención y tratamiento a la adicción.

Además presenta que el consumo de drogas aumentó en las ciudades, principalmente en Medellín, donde pasó del de 12,7% en 1996, a 17% en 2008. Una cifra preocupante que debe ser tenida en cuenta por las autoridades para formular e implementar políticas públicas de prevención, tratamiento y rehabilitación del consumo de drogas.

No obstante, evidenciamos que el microtráfico de drogas en las llamadas “cocinas” y “ollas” de los barrios de Medellín, es un hecho relevante en la seguridad y la convivencia de la ciudad, porque los altos ingresos ilícitos que generan ha desencadenado la guerra entre “combos” y “bandas” delincuenciales. Es clara la relación directa entre violencia e inseguridad con el aumento de la venta – consumo de drogas en la ciudad.

Por lo tanto, la mejor forma de combatir el consumo de drogas, es la prevención con proyectos, programas y profesionales idóneos. Pero la participación en el proceso, debe ser integral, con los siguientes actores:

– La Familia

– El Sistema Educativo: Básica, Secundaria y Superior

– Los Medios de Comunicación

– La Sociedad, en general

– Las Autoridades Civiles, de Policía y Militares

Un grupo de expertos sobre política antidrogas en Colombia, liderado en la Universidad de los Andes y la Comisión Global sobre las Drogas, ha elaborado una serie de recomendaciones para la prevención, rehabilitación y tratamiento al consumo de drogas:

– Descriminalizar el consumo y tomarlo como un problema de salud pública, con políticas de rehabilitación y tratamiento a la adicción de las personas que consumen drogas

– Aumentar políticas públicas de prevención dirigidas a la población adolescente y joven en el sistema educativo, la familia y las comunidades

– Involucrar a la familia en las medidas de prevención del consumo de drogas
– Estrategias para prevenir el consumo de drogas en espacios públicos y programas como “Rumba Segura”, entre otros

Así que, los datos evidencian que el consumo de drogas es un problema de la sociedad, un drama para familias y jóvenes. Por eso es urgente la prevención como mejor fórmula para reducir el consumo y evitar daños en la salud de las personas, porque la prevención del consumo es tan compleja que tiene factores individuales, familiares y sociales, más que la presencia de la fuerza pública para perseguir a los consumidores.