Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.Por: Eugenio Prieto Soto

Los antioqueños recordamos con mucha alegría el proceso abierto, incluyente y participativo que nos definió como “La mejor esquina de América” y nos impuso compromisos ético-políticos para impulsar el desarrollo del Departamento buscando objetivos humanistas, en el marco de una ideología plenamente democrática y progresista. No obstante que algunas instituciones pierdan el norte de la visión, miles de líderes, ciudadanos y dirigentes que en Medellín y las subregiones se vincularon y comprometieron con ella, pusieron sus ideas y acciones para alcanzar los propósitos comunes definidos para el año 2020 y muchas personas e instituciones más, siguen trabajando por la conquista de ese sueño colectivo de hacernos esa esquina “Justa, pacífica, educada, pujante y en armonía con la naturaleza”.

En el proceso de reconocernos como esquina del continente y gracias al empeño de la dirigencia urabaense, por fin hemos conseguido que los antioqueños seamos conscientes de nuestra condición como el segundo Departamento con mayor costa sobre el Océano Atlántico en Colombia. Gracias a ello, en la región hemos comenzado a poner atención a esa costa, sus problemas y potencialidades. En torno a nuestra relación con el mar Caribe, destaco la continuidad y riqueza de los estudios que, entre otros, vienen realizando los ambientalistas, geógrafos y geólogos de Corpurabá, la Dimar y la Universidad Eafit, que se han acercado a entender el comportamiento del Océano, de los ríos y la erosión del litoral, la cual, como lo hemos reiterado en múltiples espacios, debe ser base de intervención pública que proteja las playas, armonice la necesidad de atenderlas con su potencial para el desarrollo y propenda por intervenciones eficaces de aprovechamiento y cuidado. Por supuesto, permanecemos atentos al desarrollo de las investigaciones y de las acciones de protección sobre el litoral Atlántico, al que tenemos que convertir en uno de nuestros grandes orgullos.

Somos la Mejor esquina porque contamos con la posibilidad de estar abiertos al mundo vía terrestre por Panamá y Centroamérica y marítima por los Océanos Atlántico y Pacifico. Hasta ahora, nuestra capacidad de comprender la riqueza que nos ofrece la vecindad con el Departamento de Chocó nos alcanza para sentirnos tributarios, y hasta deudores, de esa maravilla de la naturaleza que es el río Atrato, pero no hemos alcanzado a incorporar a nuestro imaginario colectivo la trascendental cercanía con el Océano Pacífico y, más específicamente, con Bahía Cupica, uno de los puntos geográficos privilegiados de la geografía nacional, al que podemos ofrecer nuevas alternativas y contribuir a incorporar al desarrollo nacional.

Preciso es reconocer al gobierno del presidente Uribe su empeño en atender las necesidades de ese corregimiento del municipio de Bahía Solano, al punto de que ha logrado ofrecer a sus casi dos mil habitantes condiciones de vida digna, mediante la reconstrucción de las viviendas que en el año de 1999 habían sido asoladas por la fuerza del invierno y la oferta de los servicios públicos de energía eléctrica, alcantarillado y agua potable, que dan dignidad a la vida de los ciudadanos y que han incentivado a muy importantes compañías pesqueras a reanudar sus inversiones en la zona. La clase dirigente antioqueña y nacional, que está llamada a promover la pronta construcción de una vía de las mejores especificaciones que nos conecte al poblado y a impulsar y mantener en la agenda el tema de la construcción del Puerto de Bahía Cupica.

Es reconocido por los expertos que lo más importante para que el TLC con los EEUU ayude a Colombia a dar un salto importante en el desarrollo es que el país logre actualizar su infraestructura de transporte multimodal: las Autopistas de la Montaña y la Carretera Panamericana son dos de los importantes proyectos en busca de ese avance por parte del Gobierno Nacional, al que Antioquia puede coadyuvar mediante la construcción de una vía que interconecte al centro del país con Bahía Cupica, tomándola como desvío de la Doble Calzada a Urabá y la Carretera Panamericana. La inversión en el proyecto puede convocar las voluntades conjuntas del Gobierno Nacional y los departamentos vinculados, en forma proporcional a su capacidad de gasto.

La vía que proponemos garantiza el impulso definitivo al proyecto de construcción del puerto de aguas profundas de Bahía Cupica, que ofrecería al occidente y noroccidente del país una salida eficiente al Océano Pacífico, con aproximación a nuestros vecinos del sur del continente, con quienes venimos estrechando lazos de amistad y comercio; a la costa oeste de Estados Unidos, que nos ofrece un importante potencial comercial, y a los países de Asia, a los que hemos desconocido sin darle la importancia que nos ofrecen en relaciones e intercambios. En el cuatrienio que comienza en el 2010, Colombia debe materializar las obras necesarias para que nuestro proceso de internacionalización sea oportunidad para la generación de empleo y no principio de los problemas del gobierno.

Antioquia tiene el reto de invertir su capacidad de gestión, su voluntad política y recursos de sus excedentes, en proyectos que garantizan el futuro de las nuevas generaciones en su territorio, y la Nación, el de complementar las inversiones que pueden revertir la historia de atraso y sufrimiento de los hermanos chocoanos y puede ponernos en primera línea con el mundo que hoy nos queda más lejano.