Día Mundial de la Bondad: el llamado urgente a humanizar la...
Hoy, 13 de noviembre, se conmemora el Día Mundial de la Bondad. Empecemos, entonces, esta reflexión con la pregunta: ¿ha sido la humanidad, realmente, humana?
La cultura del atajo también erosiona el periodismo
En Colombia solemos hablar de la cultura del atajo como un rasgo social que atraviesa la política, la economía y la vida cotidiana. Se trata de esa inclinación a saltarse normas y procesos para obtener beneficios inmediatos, aunque ello implique erosionar la confianza colectiva.
8 de septiembre: Periodismo al pie de la horca
El 8 de septiembre el mundo recuerda a Julius Fučík, periodista y escritor checo ejecutado por los nazis en 1943. En su celda escribió “Reportaje al pie de la horca”, un testimonio de dignidad y valentía que trascendió su muerte y lo convirtió en símbolo del compromiso con la verdad.
El espejismo de la salvación: ¿Cuándo fue que los medios tradicionales...
Cuando las redes sociales llegaron, hubo satisfacción porque con ellas vino la democratización de la información. Sin embargo, llegó también la falta de rigor, el rumor, la mala intención, la injuria, la calumnia, la difamación, la desinformación y las noticias falsas. Entonces, se le presentó al Periodismo la gran oportunidad de ser el salvador del buen Periodismo. Entiéndase: el Periodismo ejercido con rigor, con ética, con responsabilidad y con fundamento en principios básicos como la Verdad, la Independencia y el Interés General, por periodistas de los medios tradicionales.
El que no piensa es cómplice
En tiempos de confusión moral y de extrema polarización política (aunque suene redundante). En tiempos, como los que estamos viviendo, en los que la verdad parece un estorbo y la injuria y la calumnia se han conviertido en herramientas de lucha política, nos conviene detenernos a pensar. Y aunque a algunos les suene exagerado, tenemos que reconocer que “pensar” se ha vuelto un acto cada vez más escaso en la vida pública. El acto humano de “pensar” ha sido desplazado por la reacción irreflexiva, por el grito, por la ofensa, por las pasiones viscerales y por la emoción cruda que ha arrastrado a mucha gente a tomar decisiones equivocadas.
4 de agosto: el Día del Comunicador y el Periodista que...
Otro 4 de agosto, como los 21 “cuatros de agosto” que se vienen repitiendo desde 2004, cuando mediante Ley 918 se dijo que Colombia conmemoría el Día del Comunicador y el Periodista en esta fecha, para rendir homenaje a quienes ejercen estos oficios que otrora fueran fundamentales para la vida democrática y la construcción de ciudadanía. Lo cierto es que, a diferencia del clásico y ampliamente reconocido Día del Periodista que se celebra el 9 de febrero, este 4 de agosto transcurre en el silencio, la indiferencia y el olvido institucional y gremial.
El periodismo ligero también mata
Decir que el atentado contra Miguel Uribe Turbay ocurrió porque “hablaba duro contra el Gobierno”, no sólo es una afirmación ligera, sino un grave acto de irresponsabilidad profesional. Esa afirmación reproduce una narrativa peligrosa y emocionalmente manipuladora, con el agravante que no tiene fundamento alguno, ni fáctico ni jurídico.
¿Y si dejamos de ser tolerantes con los imbéciles?
Esa pregunta es con la que el escritor y filósofo, Lisandro Prieto Femenía, titula su artículo de reflexión filosófica, que pretendo introducir con un comentario que retoma -creo yo- la esencia del pensamiento absolutamente oportuno de Prieto Femenía. Lo he leído y me he sentido respaldado en esta insistencia mía en pedir respeto por la razón y el argumento y en invitar a que, en consecuencia, no nos dejemos acomodar en la fila de los “idiotas útiles” o en la de la “estupidez colectiva”.
La ruindad con que se ejercen la política y el periodismo...
En Colombia, el cinismo ha reemplazado a la autocrítica: mientras políticos y periodistas se disputan el podio del moralismo, sus propias prácticas son caldo de cultivo del odio, la polarización y la mentira. Este panorama revela una triste paradoja: quienes deberían elevar el debate público lo están degradando, y con ello empujan al país a un abismo de irreflexión y resentimiento.
El odio da rating y votos
Colombia se ha convertido en un país donde todos señalan al otro, con discursos cargados de odio. La libertad de opinión se convirtió en el “derecho” a disparar palabras letales contra la dignidad de los otros y contra el derecho al buen nombre, a la honra y a la tranquilidad emocional y judicial de los otros.


































