Señor Presidente: 

Han pasado 39 años al servicio de mi Patria, hoy considero haber llegado al final de la jornada. 

Todas mis ilusiones y mis sueños que de niño forjé y me impulsaron a vestir el uniforme de mi amado Ejército, se hicieron realidad. Nadie mejor que mis soldados pueden dar testimonio de mi gran dedicación para lograr para los colombianos, la paz que por años hemos anhelado. 

 

Gracias, señor Presidente, por la confianza que usted depositó en mí al designarme como Comandante del Ejército Nacional, éste ha sido el más alto honor de mi vida. 

 

Gracias infinitas a mi señora María Eugenia y a mis hijos, Mario Andrés y Diego Mauricio, juntos recorrimos siempre esta maravillosa jornada de mi vida, ellos son mi gran tesoro. 

 

Todos los hombres y mujeres del Ejército pueden tener la certeza que permanecerán por siempre en mis recuerdos y mi corazón y mis oraciones serán por su protección y felicidad, gracias por siempre a todos y cada uno de mis subalternos, por su lealtad, por su coraje y por su valor, jamás los olvidaré. 

 

A partir de ahora como general en retiro seguiré con las mismas convicciones de fe y amor por mi Ejército y por mi Patria, gloria por siempre a mi Ejército, que Dios lo guarde a usted, señor Presidente, y a toda su familia.