Laura acuesta a su hijo de seis años. El niño le pide un cuento, pero la notificación de un ‘like’ en su celular es más fuerte. “Un segundito, mi amor”, le dice ella mientras sus pulgares continúan deslizándose por la pantalla. Pasan veinte minutos. Cuando levanta la vista, el niño se ha dormido, en su rostro no hay paz, solo decepción. Laura siente una punzada de culpa, pero una nueva notificación la distrae de inmediato. Está físicamente presente, pero emocionalmente a kilómetros de distancia.
Con la inauguración de la categoría mayores, inició la recta final de las competencias del Campeonato Panamericano de Patinaje de Velocidad en la pista internacional de Guarne. El evento, que congrega a más de mil deportistas de 18 países, marca un nuevo capítulo en la historia deportiva de este municipio del Oriente antioqueño.