El domingo pasado, miles de ciudadanos salieron a marchar en silencio. No fue una marcha contra nadie… Bueno, ese era el propósito, que fue silenciado por gritos, ataques y deseos oscuros contra el presidente Gustavo Petro. Ahora, no quiero decir que el Gobierno nacional no se merezca críticas de quienes consideramos que está lleno de improvisaciones y de yerros. Pero, aunque amerite vehemencia, es inaceptable que la crítica se haga en mediio de expresiones de odio y violencia.