La Semana Santa exige, además de recogimiento y reflexión sobre la actitud espiritual de cada quien frente a su vida, el convencimiento de que amar demanda pruebas concretas. Una de ellas -según CORANTIOQUIA, CORNARE, CORPOURABÁ y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá-, es respetar la fauna y la flora silvestres tan amenazadas, paradójicamente, durante la celebración de la Semana Mayor. Ana María Arango, ingeniera forestal de CORANTIOQUIA, hace en SINERGIA INFORMATIVA recomendaciones para que el respeto sea real y los potenciales infractores se eviten sanciones penales.