Como inaudito calificó el concejal liberal de Medellín, Bernardo Alejandro Guerra Hoyos, el hecho de que Metrosalud haya concentrado la atención de los partos en la Unidad Intermedia de Manrique, dejando de lado las cuantiosas inversiones realizadas por el municipio en otras unidades hospitalarias como San Javier y San Antonio de Prado.

Manifestó que es necesario acercar los servicios a los usuarios y no alejarlos, como ocurre actualmente. Resaltó el hecho de que Manrique tenga una buena atención para las maternas de la Ciudad, pero que es urgente desconcentrar la atención a otros sitios para captar a las maternas en cercanías a sus lugares de residencia. Afirmó que las circunstancias actuales obligan a la apertura de un debate sobre la racionalización de la red de gineco-obstetricia en Medellín y el Departamento.

Juan Guillermo Londoño, integrante del grupo Nacer, aseveró que el cierre de camas en este servicio es explicable porque los servicios en este sentido no son rentables y se pierden cerca de 100 mil pesos en la atención de cada parto en Medellín.

Argumentó que el primer nivel de atención no tiene capacidad de respuesta para las maternas, hecho que hace que el tercer nivel esté saturado.

Dijo además que la situación gineco-obstetra se agrava debido que los estándares de habilitación para la atención fijados por el Estado colombiano están copiados de Canadá y  no corresponden a la realidad que se vive en el país.

Jorge Diego Acosta, de la Sociedad Antioqueña de Anestesiología, expresó que el trasfondo de toda la problemática en esta materia se debe a la estructura del sistema de salud e instó a presionar al Congreso de la República para que efectúe una reestructuración completa del sistema de salud que responda a la realidad actual. La atención neonatal deber completamente financiada por el Estado, concluyó.