El director de Planeación de Medellín, Jorge Mejía Martínez, dice que el Plan de Desarrollo de Medellín, 2020 – 2023, cambió su rumbo como consecuencia de la pandemia mundial del virus Covid-19: lo que en el Proyecto de Plan de Desarrollo haya sido consignado y entregado al Consejo Territorial de Planeación en febrero, será otra cosa muy distinta cuando el Proyecto de Acuerdo “Plan de Desarrollo” sea estudiado por los concejales de la Ciudad y lo voten en mayo.

Jorge Mejía Martínez manifiesta que el Medellín de hoy, en el escenario del coronavirus, exige líneas, proyectos y programas muy definidos, orientados a la reconstrucción económica y social de los habitantes de la Ciudad. La nueva realidad de las familias y de los diferentes sectores sociales, económicos, políticos, educativos, culturales, deportivos, religiosos, de la salud y demás que hacen parte de la sociedad, demandan propuestas de solución y satisfacción especiales.

“El impacto de la crisis generada por la pandemia del Covid-19 es tan fuerte que el Plan de Desarrollo de Medellín estará orientado a garantizar la reconstrucción social y económica. Tiene que ser un Plan de recuperación alrededor de políticas que permitan la reactivación económica y la generación de empleo. Si el desempleo era del 13% antes de la pandemia, después será de un mayor porcentaje”, sentencia Mejía Martínez.

El Director de Planeación de Medellín asegura que un Plan para la reconstrucción de la Ciudad es preocupación permanente del alcalde Daniel Quintero. Aunque desde ya –precisa- está actuando con restricciones, ayudas y decisiones que hoy han puesto su nombre entre los primeros gobernantes de Latinoamérica en diligencia frente a la pandemia, pero también lo ponen en riesgo frente a la oposición política que no da tregua ni en tiempos en los que debe haber mayor unidad y comprensión humanitaria.

Mejía Martínez dice que el Plan de Desarrollo que resulte debe garantizar que la Ciudad esté debidamente preparada en virtud de la demanda que genere la crisis. Como ejemplo pone la obligatoriedad de pasar, en materia de salud, de 400 camas para Cuidados Intensivos a, por lo menos, 1.000, más medicamentos, respiradores y nuevos espacios como la Clínica de Saludcoop de la 80 y todos los que deban ser rescatados e improvisados para responder al momento crítico de las víctimas de la pandemia.

Actualmente se ha podido atender a las personas más vulnerables de la Ciudad con alimentación, techo, reconexión de servicios públicos domiciliarios y ayuda humanitaria, en general. Pero el asistencialismo público no podrá ser perpetuo. Además, porque un gran porcentaje de habitantes de la llamada clase media necesita que los planes, proyectos y programas estén encaminados a la recuperación del engranaje económico.

“De ahí la importancia de un Plan de Desarrollo estratégico para la reconstrucción económica y social de Medellín”, insiste Jorge Mejía Martínez.