Fabio Humberto Rivera
En 2008 murieron 13 maternas en Medellín. Todas esas muertes se pudieron evitar si el sistema de salud fuera más estricto en el control prenatal y se asumiera con mayor responsabilidad la maternidad y paternidad en nuestra sociedad.
Más de siete mil 500 embarazos en adolescentes en 2008 siguen siendo una cifra muy alta. 240 menores embarazadas de 14 años, 40 de 13 años, 10 de 12 y una de 11, muestran la gravedad del problema que nos obliga a trabajar más en las causas para prevenir el embarazo a tan temprana edad.
Nos tienen que avergonzar 120 v niños nacidos con sífilis congénita. No es aceptable que con los adelantos científicos, el fácil diagnóstico de esta enfermedad, el sencillo y efectivo tratamiento, sigan naciendo niños contagiados por sífilis. La Secretaría de Salud debe vigilar más y exigir mejores resultados a la red prestadora.
Los 850 casos de tuberculosis exigen programas no solo de salud sino también de bienestar social para combatir el hambre, la miseria, la desnutrición de las familias, en las que se presentaron estos casos de T.B.C, para garantizar un buen resultado en el tratamiento y evitar la resistencia a los medicamentos.
La aparición de más de 2060 enfermos de parotiditis obliga a la secretaría a estudiar qué pasó con la vacuna. Se vacunaron o no las personas que sufrieron paperas? o se dieron otras causas de infección e inflamación de las glandulas parótidas?.
No menos preocupante son los 630 intentos de suicidio en 2008 y los 123 que se quitaron la vida. La Secretaría de Salud debería estar interviniendo ya en el problema de salud mental que induce a personas vulnerables al suicidio.
El municipio de Medellín está en mora de asumir como un verdadero problema de salud pública la accidentalidad en la ciudad. 313 muertos en 2008 por accidentes de tránsito, 18,178 heridos, muchos de ellos quedando con grandes limitaciones.
La accidentalidad no puede seguir siendo manejada solo por el Secretario de Tránsito. Cultura ciudadana debe jugar un rol más protagónico para disminuirla y la Secretaría de Salud debe enfrentarla como un problema de salud pública en la capital antioqueña.
La epidemiología, los indicadores, las cifras, deben servir para implementar políticas públicas encaminadas a prevenir la enfermedad y promover la salud en las patologías aquí registradas como ejemplo y en todas aquellas que el sistema debe monitorear permanentemente para hacer de Medellín una ciudad sana.
Detectamos a tiempo la hipertensión?, diagnosticamos tempranamente la diabetes?, hacemos seguimiento por diez años a todos los niños que al nacer tuvieron que quedarse hospitalizados por cualquier razón como lo hacen en Curitiba, Brasil?, logramos inmunizar el 100 por ciento de la población en enfermedades inmunoprevenibles?, tenemos agua potable para el 100 por ciento de nuestros habitantes?
Si usted lee esta columna, puede aumentar la lista de las políticas públicas y de los programas que el municipio debe implementar para mejorar el estado de salud de los que vivimos en esta urbe.
Necesitamos cobertura universal con calidad.