Mauricio Zuluaga Ruiz 

El crecimiento de la economía colombiana llegó a su fin, comenzó ahora la desaceleración y las curvas sólo muestran caídas, las cuales aún no han tocado fondo y los principales indicadores macroeconómicos comienzan a expresar la difícil situación económica que le espera al país en los próximos años, no sólo como fruto de las políticas internas sino como coletazo de una economía mundial en recesión.

 

Se estima que la actual inestabilidad económica mundial es la mayor crisis desde la Gran Depresión de 1929, en realidad es una crisis sin precedentes en la historia reciente de la economía internacional. Los estimativos más optimistas prevén que la economía Norteamericana puede caer entre 2% y 4% durante 2009, prácticamente se está nacionalizando el sector financiero en Estados Unidos y Europa, los costos de las materias primas están cayendo violentamente, la pérdida del valor en propiedad raíz y en capitalización bursátil en EEUU es incalculable, se está amenazado el sostenido crecimiento económico de China, los US$839.000 millones de dólares aprobados por el Congreso de los EEUU como rescate financiero se consideran insuficientes y finalmente se estima que ha llegado el fin de un período expansionista y de optimismo para Colombia. Hay razones internas aumentadas por los coletazos externos.

Ciertos impactos se comienzan a avizorar en nuestro país: ha caído ostensiblemente el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 7,5% en 2007 a 3,1% para el tercer trimestre de 2008 (ver figura), han caído las exportaciones hacia los países desarrollados, los precios de las materias primas también caen, si nuestro primer socio comercial –EEUU- está en crisis, el segundo socio comercial –Venezuela-, se ha visto afectado por el menor precio del barril de petróleo lo cual hace que las exportaciones hacia dicho país bajen aún más, Ecuador está en crisis financiera y limita sus importaciones, algunas inversiones extranjeras en Colombia se están cancelando, el impacto internacional ha afectado también los bolsillos de los colombianos residentes en el exterior por lo cual bajan las remesas provenientes del exterior, el crédito internacional se contrae, etc., etc.   

 

Según proyecciones de algunos economistas del país, el crecimiento nacional para 2009 puede estar bordeando el 2%, el desempleo ha cambiado su tendencia decreciente y podría volver a niveles del 13% y más, la volatilidad de la tasa de cambio ha significado un decrecimiento de las reservas internacionales (US$23.660 millones en diciembre de 2008) y las propuestas del equipo económico del Gobierno Nacional no parecen ser las más pertinentes para enfrentar la actual situación adversa.   

 

Por ejemplo, a principios del año la Directora del Departamento Nacional de Planeación dijo junto al Ministro de Hacienda y Crédito Público que el Gobierno Nacional destinaría $55 billones de pesos como plan de choque básicamente para infraestructura (vías, puentes, concesiones, puertos, etc.), pero de estos recursos sólo $23 billones son públicos, los demás son privados y aún no hay garantía de que los privados vayan a desembolsar estos recursos. De los $23 billones públicos, $12.6 billones provienen de Ecopetrol y de los $10.3 billones restantes, sólo $5.8 billones provienen del Presupuesto General de la Nación, de los cuales a su vez $3 billones dependen de la cartera del Ministro del Transporte, el resto es lo tradicional del gasto en el presupuesto. En síntesis, no hay recursos adicionales para enfrentar la crisis: la enfermedad está siendo subestimada con el remedio que hasta el momento le han ofrecido a la economía nacional.   

 

Según el ministerio de Hacienda y Crédito Público la estrategia frente a la crisis tiene cuatro componentes; un componente fiscal anticíclico, acceso a financiación externa, garantizar financiamiento interno para la actividad productiva y proteger el empleo y promover la competitividad. Los objetivos pueden ser muy loables, pero el cómo lograrlos no es tan claro, veamos brevemente cada uno de ellos:   

 

El gasto público supuestamente estará dirigido a la infraestructura y a programas sociales, la pregunta que salta a la vista acá es; ¿recursos adicionales de dónde?, lo segundo es la financiación externa, pero ¿quién la puede garantizar si todos los países están pensando primero en sus prioridades internas? El tercer punto tiene que ver con el financiamiento interno, lo cual finalmente depende de la tasa de interés del Banco de la República, quien por fin la está reduciendo para promover la inyección de recursos de crédito para el país, este objetivo podría ser plausiblemente cumplible. Finalmente el cuarto punto habla del empleo y la productividad, ni lo uno ni lo otro, si en más de seis años de gobierno no se ha logrado bajar más el desempleo a un dígito, no creo que este sea el momento para decir que ahora sí habrá más empleo y por último, la competitividad se está promoviendo desde el 2002 y seguimos siendo igual de competitivos que los países de África; en realidad una tonelada de carga de Bogotá a un puerto en la costa (Barranquilla o Buenaventura) sigue costando más que la misma tonelada de carga desde uno de esos puertos hacia Europa o el Sudeste Asiático, por ejemplo.   

 

De acuerdo con información oficial del DANE, nuestras exportaciones están concentradas en pocos países y en muy pocos bienes, después de EEUU, Venezuela y la Unión Europea, nuestros mercados son escasos con tendencia a reducirse, pues como se mencionó anteriormente, todos estos países están en crisis. Por el lado de los productos, se exportan combustibles (incluido el carbón), vegetales, café, piedras preciosas y confecciones, lo restante es mínimo. Así las cosas y con una infraestructura física con un atraso superior a veinticinco años, no se sabe cuál será la estrategia para ser más competitivo. Ser competitivo no es sólo firmar TLC´s, para ser competitivos hay que diseñar estrategias que se implementen en el corto, mediano y largo plazo, infraestructura, logística, clusters, etc., pero acá ni siquiera hemos empezado a pensar en este proceso.   

 

Un prominente economista planteaba hace poco que: “Las reformas se hacen en periodos de ´crisis´ y las reformas se hacen al inicio de los gobiernos”, quizá queriendo decir que no podemos ser menores a los desafíos que enfrentamos, talvez el equipo económico ya ha planteado todo lo que sabe hacer y es necesario pensar en relevos desde las cabezas para repensar al país y hacer en Colombia la verdadera transición que demanda el país y la economía nacional.