Edwin Franco

Por: Edwin Alejandro Franco Santamaría

Mucho se ha dicho y podría decirse de la “entrevista” que le realizó a Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, más conocido como el “Chapo, el actor norteamericano Sean Penn en compañía de la también actriz, la mexicana Kate del Castillo.

Inicialmente se dijo que el reconocido narcotraficante quería inmortalizarse con la realización de una película sobre su vida, lo cual justificaría la presencia de la reconocida actriz en la entrevista, como también su intermediación con el actor para la realización de la misma, pero ahora que se ha conocido más información podría pensarse que se trataba más bien de seguir gozando de esa fama de irreverente al hacer cosas que otros no se atreven, en el caso del actor Sean Penn, y de tener un acercamiento que le permitiera tener cualquier tipo de relación, que en todo caso no tenía nada que ver con la realización de la película, en el caso de la actriz.

Lo primero que debe quedar claro es que Sean Penn no es un periodista aunque juegue a serlo y por esta sencilla razón, al decir de los expertos en el tema, desconoció y violó las más elementales reglas para este tipo de entrevistas, como por ejemplo, el hecho de haber aceptado que el capo le diera el visto bueno al contenido de la entrevista y proceder a su publicación.

Al margen de la discusión, que también se ha suscitado, en torno a la responsabilidad penal que eventualmente les cabría a los actores, el hecho de dárselas de periodista sin serlo y de entrevistar y ver al Chapo Guzmán, en una clara provocación a las autoridades de Estados Unidos y México, es una muestra no solo de la irreverencia, sino de la personalidad de iconoclasta del actor.  Hay que abonarle que en una entrevista reciente reconoció que la labor realizada fue todo un fiasco, no sin antes jactarse por haberse encontrado con el Chapo antes que las autoridades lo capturaran.

Por el lado de la actriz, aunque hace parte de su vida privada, todo indica que lo que buscaba con el capturado era un acercamiento sentimental.  No a otra conclusión se llega luego de conocer el contenido de las conversaciones telefónicas que sostuvo con Guzmán, dado que su teléfono estaba interceptado, que el capo tenía una obsesión por la actriz y por último que el hombre en cuestión, previo al encuentro con los actores, se habría realizado una cirugía para aumentar su desempeño sexual, según se ha informado por medios de comunicación.

El actor, al menos aceptó que se equivocó; la actriz no ha dicho nada sobre su supuesto acercamiento sentimental con el mafioso de marras, en varios tuits da a entender que está tranquila.

A la postre, lo sucedido puede efectivamente catalogarse como frustrado, para el uno, porque quiso pasar de periodista sin serlo,  y para la otra, de tener como compañero sentimental al criminal más buscado del mundo.

Este fue el resultado de la entrevista que quiso camuflarse de acercamiento para la realización de un film y/o para dar un debate más a fondo sobre el tema de las drogas, como lo dijo el actor.   No le creo.   Y obvio, el más desastroso para el capo, porque de la famosa cita, se dió con su captura, según dijo la Procuradora General de México.