Por: Luis Pérez Gutiérrez

El Gobierno de EEUU ha reconocido al mundo que tenía espías en Rusia. El Gobierno de Rusia ha reconocido que tenía espías en EEUU. No fueron rumores ni chismes. Los Presidentes de dos potencias mundiales aceptan públicamente que perturban con espías a países homólogos. Dicen las noticias que EEUU y Rusia intercambiaron prisioneros que habían sido detenidos por espionaje Internacional. Y que ese canje de espías fue de película. Dos superaviones descargaron a unos y recogieron a otros y salieron volando como en el cine. Todo en menos de 40 minutos.

Dos potencias mundiales aceptan que se entrometen con espionaje en la vida interna de otros países. Y nadie tiene un comentario distinto a que fue un canje de película.

No existe ninguna entidad en el mundo que haga un análisis serio sobre si es ético o no. O si el espionaje internacional ilegal merece o no un llamado de atención internacional por entrometerse en la libre determinación de los pueblos.

Fue Viena Austria la ciudad que permitió el canje de espías internacionales. Viena se ha declarado ciudad neutral frente a ese tipo de conflictos, y le da residencia y trabajo a espías internacionales. Hoy viven y laboran en Viena más de tres mil personas que fueron en el pasado, y son espías internacionales. Dicen los austriacos que mientras no espíen a Austria, los espías internacionales pueden trabajar allá con toda libertad. Cómoda posición, para proteger a sospechosos cazadores ilegales de información.

A la justicia internacional le parece gracioso que los poderosos jueguen a perturbar la vida interna de los países.  Y Es fácil concluir que los países poderosos tienen espías internacionales en los países donde les de la gana.

Pero ahora resulta que las dos potencias mundiales que han violado normas de respeto internacional. Que la diplomacia ha sido vilipendiada. Y en lugar de hacer un acto de contrición, se eleva a categoría de novela un cuestionamiento internacional como es el de entrometerse sin las legalidades en la autonomía y libre determinación de cada país.

Triste este mal ejemplo. Antecedente que va a limitar en el futuro la aplicación de las normas internacionales para resolver conflictos de intromisión de un país en la autonomía de otro.

Esta diplomacia es la diplomacia de la barbarie, del más fuerte. Es un mal ejemplo mundial.