Diego Calle Pérez

Por: Diego Calle Pérez. 

De rato en rato me toco el pecho y la realidad es pensar quienes van a llegar al capitolio nacional después de la contienda electoral, no es pregunta, no es la bola de cristal, ni mucho menos la respuesta de Regina 11. Volver al capitolio nacional se está volviendo una larga tarea de hipótesis, de comentarios y de apuestas que están haciendo en pueblos de sexta categoría.  

Aunque muchos, pareciera, estar concentrados en las campañas presidenciales, otros están preocupados, los mismos candidatos, quienes llegarán al capitolio nacional en las elecciones de marzo. Y no es para menos la preocupación, eso depende mucho de quienes serán los aliados en el congreso para adelantar programas, proyectos y estructurar el presupuesto nacional.  

Los propios candidatos al capitolio nacional: senadores y representantes a la Cámara, están revoloteando como mariposa en tiempo de verano, las campañas están más intensas, las vallas y los volantes abundan en las canecas de basura, las reuniones en restaurantes y auditorios están al borde de la preocupación de las normas de bioseguridad, por temor al contagio. La situación, está poniendo a los candidatos, al borde de un ataque de nervios, no es para menos, la competencia está bien difícil, dicen algunos de ellos, que están incluso, visitando otros departamentos, donde han logrado buscar contactos.  

Por su parte, los líderes de barrios, veredas y corregimientos se están llamando, se están escribiendo, se están conversando, a quién apoyan y a quienes no. Así está la situación y en especial cuando en algunas zonas se están denunciando presiones y visitas de aquellos que saben cómo presionar cuando de votar ese día se trata.  

Históricamente, la ciudadanía se ha preocupado por quién elegir a la presidencia, en esta contienda, le están apostando a quiénes llegan al capitolio nacional. Seguramente, la preocupación de los muchos candidatos, que buscan volver a ese cómodo pago de honorarios,  es porque allá votan unos proyectos y en las regiones dicen otra cosa totalmente diferente a lo que exponen en el capitolio nacional, con transmisión nacional y con periodistas de los canales de televisión. Es por ello, que muchos están a un ataque de nervios.