Mauricio Zuluaga Ruiz
La grandeza de los pueblos solo puede salir de la grandeza de sus hombres y mujeres que dentro de sus posibilidades miran sus historias como la gran alternativa de futuro. Construirnos, no es más mirarnos hacia dentro, revisar nuestros procesos personales y lograr en cada uno de nosotros sentimientos de progreso, de salud y vida.
Todo esto hacen camino en los procesos sociales, las comunidades miran con gran expectativa, que sus líderes, sus adultos, sus jóvenes sus servidores públicos tengan en sus corazones y en sus mentes sentimientos de competitividad, afectividad y asertividad.
La realidad que vive nuestra Colombia, en lo económico, salud, educación, infraestructura vial, entre otros, me merece un comentario que como ciudadano, no puede dejar sino un sentimiento de admiración y estupor frente a la sensación, ya casi colectiva. Que al parecer nos tienen hipnotizados con discursos de necesidades de seguridad, donde la guerrilla es la causante de todos los males, y que el Estado debe permitir que se aniquilen unos con tal de salvar a otros.
Al parecer esta teoría rebasa los límites de la guerra, y pasa en estos momentos de Caos psicológico económico, a esferas de carne y hueso. Es el caso de los pequeños empresarios, que ven sus capitales diezmados frente a monopolios, que con su poder, en una supuesta franca lid, arrasan empresas que han sido construidas durante diez o veinte años y de un día para otro, ven como sus horizontes y muros son ocultados frente sol, por moles de capitales, donde perder no está en su vocablo, pues el mismo estado es su mentor.
Me pregunto si este no sería el momento de quitarle a las cajas de compensación (cuál es la compensación?) ese derecho de trabajar con el capital de los colombianos?, quien no trabajaría sobre seguro y bajando costos supuestos, con la platica de los trabajadores?, quien puede competir con capitales sobre seguros, y construir empresas para ser sus rivales? Miremos el caso del turismo, cuantos hoteles están en quiebra, pues trabajar con las uñas propias solo lo saben hacer, los que se han arriesgado a la locura de hacer empresa compitiendo con otros (Cajas de compensación), donde los primeros le tiene que dar plata para que estas mega empresas, vivan y se conviertan, vampiros económicos. Donde el grande afirma día a día la estabilidad de sus finanzas a costa de ese pequeño gran TITAM, que en las noches no duerme por busca salida de dónde diablos a de sacar plata para que su vecino crezca a costa de Él.
Hoy vemos cajas con negocios de recreación y turismo, de educación formal y no formal, grandes EPS, Salones de eventos y convenciones, entre otros. No es sino preguntarle qué es lo que hacen, y nos daríamos cuenta que son empresas con ánimo de lucro, camufladas en la figura legal de compensación familiar.
Es hora no de revisar, sino de darles la mano a los pequeños empresarios frente al tema que nos atañe. No ahorquemos más a los que vienen jalonando la pujanza de este País.