Por: Jorge Enrique Vélez G.

Mucho se ha discutido en los últimos tiempos acerca de la decisión del Gobierno Nacional de vender parte de la Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPETROL. De esta manera en medio de la crisis, el Estado pretende financiar proyectos de infraestructura vial en el país, ante el reducido presupuesto de la nación para llevar a cabo obras de este talante.

Los recursos que produzca esta transacción serían orientados exclusivamente a financiar la construcción de una serie de obras prioritarias  para solucionar el enorme atraso del país en materia vial. Con esta venta, el Gobierno Nacional cubrirá los tres proyectos viales más ambiciosos del país: Autopista de las Américas, doble calzada a los Llanos y Autopistas de la Montaña.

La venta de ECOPETROL no significa, ni significará la venta de la reservas petroleras y de gas del país, pues son patrimonio del Estado, así lo establece la Constitución. Así que el cuentico de que le vamos a entregar nuestras reservas petroleras al capital privado es más un discurso mamerto sin ninguna justificación.

La venta del 15% de las acciones de ECOPETROL, propuesto por el Gobierno en cabeza del Ministro de Transporte, es rentable siempre y cuando sea suficiente para solventar el atraso en la infraestructura vial y a la vez el Estado, con esta negociación, no pierda en ningún momento el manejo y domino de la empresa, al continuar siendo el socio mayoritario. Obviamente es necesario regirse por un acuerdo de accionistas para que la Nación no pierda el control de ECOPETROL.

Ahora entremos en el tema que me parece más preocupante,  según el Ministro  de Transporte, el capital obtenido de la venta se invertirá en vías primarias, como ya lo habíamos mencionado, pero considero que  no se debe limitar solo a esta área, sino que debe ir también al desarrollo de las vías secundarias y algunas terciarias para que realmente el desarrollo del país sea integral pues nada ganamos con tener una buena infraestructura en las troncales del  país , sin poder sacar los productos de muchas regiones; lo que incrementaría los costos de los productos, impidiendo la verdadera competitividad.

Así pues, que bueno que antes de proceder a la venta de parte de las acciones de ECOPETROL el país conociera y discutiera con los gremios de producción cuáles son y serán las obras en las que se va a invertir el producto de esta transacción.

Si se trata de facilitar el transporte de productos, tanto de consumo nacional como de exportación, considero pertinente destinar parte de las ganancias de la transacción de la Empresa Colombiana de Petróleos en la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena entre Puerto Salgar y Barranquilla y en infraestructura portuaria sobre el río. Esta es la única vía que permitirá que Colombia sea competitiva en corto plazo y que los costos logísticos bajen y estén a la medida de los estándares internacionales.

Por estas razones creo que los colombianos debemos manifestarle al Gobierno que aceptamos la venta de las acciones de ECOPETROL, sólo si dentro de los planes de inversión, también está incluida la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena.

Gran responsabilidad la que le espera al nuevo Congreso de la República en esta materia, al cumplir con su función de ejercer control político para preservar el patrimonio de los colombianos.

Gran responsabilidad la que le espera al nuevo Congreso colombiano en esta materia, para velar por el patrimonio de los colombianos.