En Medellín, precisó Ricardo Smith Quintero, ya se tenían delimitadas unas zonas a las que los taxis de otras jurisdicciones no podían acceder ni a recoger pasajeros ni a estar en los acopios, como las del centro y el sector de Laureles. Aludió, además, a un estudio del Área Metropolitana que muestra que en la región hay una sobreoferta real de 6.000 taxis. Pero con la vigencia de la medida, la sobreoferta se reduce a 3.000 taxis que, según estimó, no está en Medellín, sino en los municipios vecinos, en especial en el sur.
Según Smith, la norma que impedirá recoger pasajeros en Medellín a los taxis de otros municipios, no se aplicará esta semana de manera pedagógica.
La Asociación Metropolitana de Taxistas consideró que, entre otras razones, la medida afecta de la siguiente manera: Incremento del tiempo de trabajo, mayor cansancio y riesgo en la prestación del servicio, competencia desproporcionada y agresiva dentro de los sectores, favorecimiento por autoridades locales a grupos fuertes y allegados, manifestaciones gremiales, y aumento de la piratería de particulares.
En lo económico subrayó desgaste por exceso de trabajo del vehículo, aumento del consumo de aceite y combustible, salida del gremio de pequeños propietarios y fortalecimiento de los grandes.