Por: Alfaro García

En la primera década del siglo XXI, el Planeta Tierra se encuentra viviendo grandes transformaciones en su biodiversidad, consecuencia del calentamiento global y sus cambios climáticos; aunque, obviamente, los viene sufriendo desde hace millones de años, los actuales son más profundos y problemáticos.

La industrialización y la contaminación de la sociedad de los siglos XX y XXI han provocado un serio desgaste medio ambiental, porque hace 100 años no teníamos proyectado cómo se iban a afectar los ríos, los humedales y los bosques por la degradación ambiental; sólo teníamos presente el crecimiento y el desarrollo económico e industrial de los países. A su vez, pareciera haberse instalado una cultura de la contaminación y degradación ambiental entre los hombres, quienes hemos destruido muchos bosques, arrojado basuras a ríos y océanos, sin medir las consecuencias.

 

Por eso, la llamada sociedad del conocimiento del siglo XXI debe ser más racional en su comportamiento con el medio ambiente y, antes que nada, se necesita voluntad política de los gobiernos y compromiso del sector industrial, para redefinir la relación hombre – naturaleza para las próximas décadas.

Antioquia, es rico en recursos hidrográficos: tenemos grandes fuentes de agua y biodiversidad en cada una de las nueve subregiones. Como región, nosotros podemos contribuir a una cultura ambiental. Por eso, se hace necesario formular una política pública de cultura y educación ambiental a nivel departamental y en cada uno de los municipios, en los siguientes ejes:

– Manejo integral de residuos sólidos

– Calidad del aire

– Espacio público

– Protección y conservación del agua

– Valoración de la biodiversidad departamental y municipal

– Prevención de riesgos asociados con desastres naturales

– Educación ambiental en los proyectos educativos institucionales en las instituciones educativas públicas y privadas

– Desarrollo minero con responsabilidad ambiental

– Planes de recuperación ambiental

– Conservación de bosques y biodiversidad

– Responsabilidad social empresarial con el medio ambiente

– Formación en cultura y educación ambiental a la comunidad, empresas y universidades

A nivel departamental, se hace necesario reformar la estructura de la Secretaría del Medio Ambiente, crear una dirección sobre cultura y educación ambiental para que de manera coordinada desarrolle programas y proyectos con las secretarías de Minas, de Educación para la Cultura, de Agricultura y, por supuesto, con el Departamento Administrativo de Prevención, Atención y Recuperación de Desastres –DAPARD-.

A nivel municipal, se necesita que las alcaldías y las Corporaciones Autónomas Regionales de Antioquia, desarrollen proyectos que incentiven la cultura ambiental de los ciudadanos en cada eje programático de la política pública.

Por otro lado, es necesaria la participación de las ONGs ambientalistas, las empresas, las instituciones educativas y las universidades, para la ejecución e implementación de una cultura ambiental en todos los ámbitos de la vida diaria.

En Antioquia, podemos hacer algo en cultura y educación ambiental. Necesitamos iniciar con una política que genere cultura ambiental en los niños, adolescentes, jóvenes y adultos, para proteger y conservar nuestro entorno. Con una debida formación en educación ambiental, en un futuro tendremos ciudadanos más responsables con la naturaleza.

Además, para lo anterior se necesita voluntad política, y el paso a seguir es presentar y proponer el proyecto en la Asamblea Departamental de Antioquia.

Lo que sigue es más voluntad política para hacer inversiones y un compromiso ético de la sociedad civil para respaldar la protección y conservación ambiental con cultura, con conocimiento, con solidaridad por el futuro, pensando en las nuevas generaciones.