Por: Gabriel Zapata
Equidad, limpieza, sencillez, seducción y adaptación internacional (ELISSA) son los principios que según el gobierno nacional, busca el Proyecto de Reforma Tributaria que se pretende sea estructural y de cuyo análisis nos ocuparemos prioritariamente en el período que despunta.
De entrada hay que señalar que los propósitos esenciales de ecuanimidad y eficiencia que se pretenden, son el deber ser de ésta o cualquier otra Reforma Tributaria que se plantee, distinto muchas veces lo que se logra consensuar. Según lo que ha trascendido del contenido de la actual Reforma la cual contará con 900 artículos, uno de los aspectos coyunturales tiene que ver con la organización del estatuto tributario, pues según el gobierno la inequidad y la ineficacia obedecen en buena medida a que existe una amplia gama de exenciones y excepciones que permiten, o dejar de pagar impuestos o entregarle altos beneficios a empresas especialmente atraídas por la confianza inversionista.
Las reformas en materia impositiva como es apenas natural están sujetas a los momentos coyunturales económicos y teniendo en cuenta esta premisa, la inversión extranjera que empezó a hacerse notoria en nuestro país desde la pasada administración, obedeció no sólo a que se logró el clima de seguridad y confianza necesarios, sino a nuestros incentivos y atractivos en materia inversionista; efectos positivos que han impactado el crecimiento de la economía de manera significativa. El año pasado dicha inversión alcanzó una cifra record de US$15.000 millones, 58% más que en 2010 y el quinto mayor crecimiento en el mundo.
Con lo anterior quiero advertir que no se trata de satanizar los beneficios fiscales, sino de estudiarlos y ajustarlos para que sigamos siendo una región atractiva para la inversión foránea y un referente de desarrollo en esta materia ente el mundo.
Es bueno también enfatizar que desde la pasada minireforma tributaria el Congreso le entregó al gobierno, a la DIAN y al Ministerio de Hacienda, instrumentos efectivos para acometer la evasión y la elusión, y prueba de ello son los excelentes resultados que en esta materia se han entregado. En cifras del propio Ministerio de Hacienda los recaudos tributarios llegaron el año pasado a cifras record de $86.6 billones con un crecimiento en recaudo de 25.7%. Datos que dan cuenta de los logros por esta vía en materia tributaria y que hay que seguir fortaleciendo.
Un aspecto al que no le apostaremos será al de colgarle más cargas al Impuesto al Valor Agregado (IVA), pues no queremos una reforma tributaria alcabalera, que soporte el incremento de los ingresos sobre la ampliación de la base gravable incluyendo más productos de la canasta familiar, especialmente cuando la economía del país atraviesa un momento excepcional de crecimiento del Producto Interno Bruto próximo al 6% y un déficit fiscal consolidado del 2.2%.
Por la implicación que tienen los impuestos, no existe Reforma Tributaria que no genere polémica y sin duda la del Presidente Santos no será la excepción, sin embargo como Vicepresidente de la Comisión Tercera de Asuntos Económicos, considero que dadas las actuales condiciones económicas, es posible lograr la estabilidad tributaria por la que tanto ha clamado el gobierno, sin lesionar gravosamente el bolsillo de los colombianos.