Balmore González

Por: Balmore González Mira 

La aproximación de la campaña Presidencial y por ende de la elección del nuevo Congreso de la República, siempre es motivo de análisis en los diferentes escenarios donde se mueve por los temas favoritos en torno a los cuales ha de girar el debate nacional. Para todos es conocido que las farc, la paz y la guerra y no pocas veces el narcotráfico han sido los más recurrentes en los últimos años. Algunos excorruptos hoy proponen la corrupción como su tema bandera y hay quienes creen que el proceso de paz y el posconflicto liderarán el escenario de las tarimas. Hay también crea que el tema económico, financiero y presupuestal de la nación debe ser uno de los temas bandera de campaña, para hablar de inflación, desaceleración, pobreza y crecimiento,  entre muchos otros complejos elementos que maneja este segmento.

Otros, tanto ciudadanos como candidatos, creen que el tema fundamental es infraestructura e inversión, con su visión hacia el desarrollo y algunos más románticos pero con pobres resultados pretenden explotar el ya conocido discurso de la educación, mostrando modelos fracasados como la panacea hacia el progreso  de un país que requiere no solo discurso, sino  verdaderas realizaciones en este campo.

Se mueven pues las diferentes banderas desde las diversas agencias y partidos políticos y se comienza a enfilar baterías en una y otra dirección; los defensores a ultranza de la familia tradicional, versus los abanderados de la inclusión de géneros y otras semillas. El matrimonio igualitario y hasta la no adopción por parejas del mismo sexo, serán parte de la  galería discursiva que se nos avecina. No faltarán quienes asuman la nueva ola medioambiental como propia y hasta dirán que son los salvadores del planeta. En fin, un sinnúmero de temas de vital importancia para los colombianos, nos ilustrarán durante los meses venideros, cargados de promesas e ilusiones que en final de cuentas es lo que se vende y se compra en nuestros procesos electorales, que solo seguirá siendo eso, mientras no logremos establecer el verdadero voto programático en Colombia, que de programático solo tiene su nombre.

Hay un tema que debería ser obligatorio y con el cual deberíamos estrenar el voto programático y es el tema de la Salud; el país está pasando de cuidados intermedios en salud a un estado calamitoso; a cuidados intensivos con poca probabilidad de recuperación. La mitad de la población sino está en las salas de urgencias, está consiguiendo una cita para unos exámenes de diagnóstico que no llega o está tutelando para que le ordenen una cirugía. Las EPS no responden, ni siquiera con tutela. La Constitución y la Ley dicen que garantizan el derecho a la salud y estas dos normas son burladas diariamente desde los porteros de las instituciones, que en muchos casos son los que siguen haciendo triage, hasta los médicos que no atienden con profesionalismo a sus usuarios, los otrora pacientes. Los niños y las mujeres gestantes, los ancianos y todos por igual sufren este problema de desatención que vive Colombia. No hay tal derecho fundamental a la salud. Y considero, con todo juicio que debe haber quien se apersone de este debate con mucha seriedad, desde candidatos responsables hasta la academia y los autodenominados grupos de científicos y de la ciencia, para que hayan verdaderas propuestas, como serias soluciones a un tema que, paradójicamente, siendo el de la salud, deja hoy más muertes en el país que cualquiera otro.