Orlando Goncalves, analista y estratega político, afirma que el presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, tiene la claridad de que sólo el 28.92% de los 39.002.239 colombianos habilitados para votar este 19 de junio de  2022, lo hizo por él. El resto fueron votos para Rodolfo Hernández, votos en blanco, votos nulos y abstenciones. Por eso, Goncalves considera lógico e inteligente de parte del Presidente electo que busque tender puentes para que pueda gobernar mejor para todos: 51.6 millones de colombianos.

El enfoque tiene que estar en lo que une, más que en lo que divide. Tener en claro qué es lo más importante para mejorar la calidad de vida de los colombianos es, primero, obligación del gobierno. Pero, en segundo lugar, lo es también de la oposición, porque el contrapeso necesario en el proceso de fortalecimiento de la democracia debe tener la función de mejorar la calidad de vida de todos los colombianos”, explicó en Sinergia Informativa.

Se refiere a que los políticos deben fundamentar su actuación de apoyo al gobierno, de independencia o de oposición, guiados por el principio del interés general, por encima de sus propios intereses partidistas, vengativos y de retaliación por la pérdida electoral.

Orlando Goncalves dice, precisamente, que esa es una de las lecciones que deja este proceso democrático en el que el País realmente obtuvo un cambio al girar, por primera vez en 200 años de vida republicana, hacia el progresismo con ideas de izquierda.

El escenario político colombiano cambió para siempre. La oposición debe entender que perdió y que debe aprender cómo hacer la oposición, porque siempre ha habido acuerdos. Es sano que el gobierno tenga una posición sólida, responsable y democrática, con una oposición que puede aportar mucho, de manera igualmente responsable, para que la gestión sea exitosa para el País”, concluye Orlando Goncalves.

También queda en claro que los medios de comunicación deben ser la consciencia de los que ejercen el poder, pero no pueden olvidar que deben informar con equilibrio y de manera útil para los colombianos. Para garantizarlo, deben estar por encima del bien y del mal, sin olvidar su deber constitucional de informar de manera veraz e imparcial, sin dejarse atraer por la militancia política, como quedó demostrado en la contienda electoral que ganó Gustavo Petro, pese a la tendencia de algunos medios de comunicación del País.

Respecto de las redes sociales, también queda en claro que son importantes en las campañas, pero no son decisivas: sirven para fortalecer el “voto duro” de cada candidato, pero no cambian la opinión del contrario: la estrategia integral del promotor del cambio real, que lo hizo acreedor del estigma de “peligroso” para la democracia, le ganó a la estrategia únicamente de redes del “vengador”, que fue capaz de captar buen número de resentidos con su discurso populista, pero se encerró y perdió contacto con el territorio y con la realidad.