Han transcurrido un poco más de siete años y cuatro meses desde la tragedia del Edificio Space, ocurrida el 12 de octubre de 2013. Desde entonces, de tanto en tanto, se oyen historias de algunas de las familias que vieron derrumbarse sus sueños de tener vivienda propia y digna, muchos de esos sueños materializados con ingentes esfuerzos económicos y con adquisición de deudas que aun persisten, no obstante sus sueños se hayan vuelto polvo.
Javier Henao representa a 18 familias que aceptaron la propuesta de la Superintendencia de Sociedades –Supersociedades- respecto de la adjudicación en proindiviso, para obtener un derecho parcial sobre el lote de cerca de 11.000 metros cuadrados, en el que había sido construido el Edificio Space. Estas 18 familias recibieron una cuota correspondiente al 40% y quedaron a la expectativa de la venta del lote para acceder al 60% restante.
El problema, según Javier Henao, es que Marco Tulio Zapata, liquidador del Edificio Space encargado por la Supersociedades, no ha logrado obtener el registro de la propiedad para proceder a definir el destino del lote y el consecuente reconocimiento del 60% del que son acreedoras estas 18 familias.
El problema, según le dijo en octubre de 2020 el Liquidador a El Tiempo, es que ese registro no se ha podido ejecutar porque “la Superintendencia ha devuelto el registro hasta cuatro veces y hoy por hoy está todavía sin registrar, lo que ha impedido que los propietarios se reúnan y tomen una posición en torno a la venta del lote”.
El otro problema -agrega Javier Henao- es que el lote está estigmatizado, lo que hace más difícil ser negociado y por un valor justo, pese a que se encuentra en una zona privilegiada de la Comuna 14 – El Poblado, a menos de cinco minutos del Túnel de Oriente, y donde el metro cuadrado no baja de 2.5 millones de pesos –dijo el Liquidador a El Tiempo- por lo que el lote puede estar avaluado en más de 20.000 millones de pesos y podría venderse en 13.000 millones.
Respecto de la estigmatización del lote de Space, Marco Tulio Zapata ha dicho que nada tiene que ver con los antiguos dueños y que “una cosa es el edificio que se cayó y cómo se construyó, y otra muy diferente el lote en el que se hizo. El lote no tiene problema”.
Por su parte, el Departamento Administrativo de Planeación de Medellín certificó a los acreedores que pese al siniestro, en el lote se puede construir.
“El lote cuenta con urbanismo que le permitiría a los propietarios acceder a una nueva licencia de construcción”, respondió Planeación a un derecho de petición de los acreedores del 60% del resarcimiento al perjuicio ocasionado por la empresa Lérida CDO, responsable del colapso del Edificio Space.
Mientras el tiempo sigue corriendo y el registro llega, Javier Henao espera que, por lo menos, la Administración de Medellín no les siga cobrando el impuesto predial por el 60% de una propiedad que aun no les ha sido registrada como propia.