Roger Vélez y Jaime Fajardo Landaeta, en Sinergia Informativa

Este domingo, 26 de septiembre de 2021, se cumplieron cinco años desde la primera firma del Acuerdo de Paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC. El primero porque después vino el Plebiscito por la Paz en el que ganó el “No” promovido por Centro Democrático, lo obligó a hacerle ajustes al Acuerdo de Cartagena y refrendarlo el 24 de noviembre en el Teatro Colón de Bogotá.

Jaime Fajardo Landaeta, analista del conflicto armado, considera que este Acuerdo es un hecho histórico y se refiere al Plebiscito por la Paz como un acontecimiento contrario al anhelo de paz de los colombianos, afirmando que la gente fue llevada a las urnas con desconocimiento y con falacias sobre lo que se había firmado con las FARC.

Jaime Fajardo Landaeta, analista del conflicto armado.

Precisamente se refiere a Iván Duque, presidente por Centro Democrático, como un Jefe de Estado que llegó haciéndole críticas al proceso de paz de los colombianos, con mínimo apoyo, actitud que cambió después, pero ya muy tarde.

“Se entusiasmó con la implementación con demoras sustanciales. Ha pasado el tiempo y al Acuerdo le falta legislación para enfrentar los problemas agrarios; los planes de desarrollo territoriales van bien, pero los problemas con la seguridad son serios: van más de 300 desmovilizados  asesinados. Mejor dicho, la implementación del proceso no es la más adecuada, hay que acelerar el proceso. Por su parte la JEP está haciendo un trabajo importante y ha venido mostrando resultados, presentando presuntos responsables de delitos atroces, pese a los sectores políticos que han querido acabarla. La JEP ha avanzado prometiendo penas hasta de 20 años a quienes no cumplan con el Acuerdo, incluyéndolos a todos, hasta los militares. Definitivamente aclarar la verdad no ha sido fácil, pero hay avances.”, manifestó Landaeta en Sinergia Informativa.

Insistió en que tiene que haber soluciones estructurales para que la paz realmente se consolide y dure: Hay que atacar la inseguridad, los problemas de tierras y las carencias en salud, vivienda y educación.

“En cuanto a participación política se ha avanzado, pero hay que llegar a la reforma del sistema electoral que es parte del Acuerdo. Se ha avanzado en algo con los territorios en conflicto, con desarrollo de vías para el agro, para que los campesinos puedan sacar sus productos sin intermediarios… Son problemas estructurales que si no se combaten, siguen estimulando la lucha armada”, agregó.

Jaime Fajardo Landaeta, quien es un desmovilizado del EPL, sigue siendo un convencido de que todo proceso de paz, en Colombia y en el mundo, tiene el ideal de cambiar la violencia por la participación política. En el caso de las FARC, con una transición por dos períodos en curules de Senado y Cámara. Pero después van a tener que enfrentarse con los demás partidos y movimientos en igualdad de condiciones.

“Las FARC, ahora Comuneros, se pueden tomar el Congreso, pero se tienen que ganar primero la población, lo que hasta ahora he visto difícil porque no han podido afianzar el discurso democrático que cale en la gente”, precisó.

Finalmente, Jaime Fajardo Landaeta planteó que lo primero que hay que hacer para consolidar el proceso de paz, es garantizar más presencia institucional, pero no sólo con la fuerza pública sino con programas. Y con el ELN, no se puede seguir con la misma exigencia de que primero deben cesar sus actividades criminales: deben sentarse con ellos a la mesa y allí definir esas exigencias.