Por: Jorge Enrique Vélez G.

 

En buena hora, las administraciones de Medellín y del departamento de Antioquia, por intermedio de la Asamblea y el Concejo de la ciudad, se han puesto de acuerdo autorizando los aportes necesarios para que el proyecto “Autopistas de la montaña”, sea una realidad.

 

Importantísima iniciativa que, seguramente, contará con la participación de ISA (Interconexión Eléctrica S.A.), que ha entendido que las concesiones son otra gran oportunidad para su crecimiento empresarial, complementario al tema energético que vienen trabajando y el cual ha sido su objeto fundamental.

 

El primero de los cuatro proyectos sería el “Túnel de Occidente – El tigre”, lo que llamaríamos la doble calzada a Urabá. Una vía con esas especificaciones, nos daría la posibilidad de abrir los mercados e incrementar la competitividad de la industria de Medellín y Urabá al mundo entero, ya que sería una salida de 338 kilómetros al futuro Puerto de Urabá, con las enormes posibilidades que esto representaría para el comercio, el crecimiento y el desarrollo de las comunidades alrededor de esta eje vial.

 

Tendríamos también el proyecto “El Hatillo- Puerto Berrio”, que considero quizá el más importante de los cuatro, pues sería la posibilidad de llegar a un gran centro logístico en Puerto Berrio y Yondó, que junto con el proyecto de navegabilidad del Río Magdalena, del que ya había escrito en días anteriores, nos daría la opción de bajar costos logísticos de transporte en un alto porcentaje, comparativamente a lo que costaría llegar a puertos como Cartagena ó Barranquilla y que haría de Antioquia una región absolutamente competitiva.

 

Igualmente, se tendría el proyecto “Ancon Sur- Tres puertas”, con una extensión aproximada de 234 kilómetros, que sería la solución al importante nexo con el eje cafetero y sus departamentos Caldas, Quindío y Risaralda, que le permitiría a Antioquia desarrollar e integrar mercados y negocios con uno de los grandes ejes de desarrollo económico del país. Incluso, sería el paso también a mejorar la logística y acortar distancias con el Valle del Cauca, donde el Puerto de Buenaventura es fundamental para la importación y exportación de bienes.

 

El cuarto proyecto, sería la doble calzada “Hatillo – Caucasia” del cual si tengo serias dudas. Mi temor radica en que volvamos a cometer los errores históricos de llevar las carreteras a buscar los municipios y hacer una doble calzada por el mismo trazado que tiene la carretera actual. Hacerlo, sería un error que no perdonarían las nuevas generaciones, no queriendo decir, que se abandone el mantenimiento de la actual vía, la cual se requiere en buen estado para el desarrollo de esa región y el transporte de algunos insumos, pero que no sería una prioridad de cara a la competitividad del departamento.

 

Una mejor opción, sería que esos importantes recursos se destinaran para la doble calzada “Túnel de occidente – Santa Fe de Antioquia – Puerto Valdivia”, pues sería unir los cuatro proyectos para llegar a la costa Atlántica y en caso de que la alternativa resultara costosa, se podría utilizar la misma doble calzada a Puerto Berrio y hacer el desvío por el nordeste para llegar a Caucasia.

 

Que bueno sería, que antes de embarcarnos en un error histórico de esas magnitudes, replanteáramos la doble calzada a Caucasia por una de estas dos alternativas, porque la llegada a la costa atlántica sería el lógico objetivo para la competitividad y desarrollo, y no con las vías y el trazado de hoy.

 

Adicionalmente, siendo más atrevido, porque no pensamos en incluir un proyecto adicional, como “la circunvalar oriental  y occidental ”, que permitiría tener dos vías por el sistema de peajes, dándole un enorme respiro a Medellín y al Valle de Aburrá, tema al que después me referiré y que, seguramente, ayudará a que la ecuación económica para los proyectos de “Autopistas de la montaña” se mantenga.