El Movimiento Sinergia, iniciativa de la sociedad civil que lleva 30 años promoviendo la paz urbana y la reconciliación en Medellín y el área metropolitana del Valle de Aburrá, manifestó su preocupación porque algunos sectores políticos de la Ciudad, “en vez de sumar a la construcción colectiva, prefieren sembrar miedo, levantar fantasmas de amenazas inexistentes y usar la seguridad como bandera electoral”. El Movimiento Sinergia se refiere a las supuestas amenazas contra el alcalde Federico Gutiérrez; el secretario de Seguridad y Convivencia, Manuel Villa; y los concejales Claudia Carrasquilla y Andrés Tobón.
La concejala por el partido Centro Democrático, Claudia Carrasquilla, dijo en ClickCracia de ElCanal.co que hay dos amenazas: una, resultado de la alianza entre los frentes 18 y 36 de las disidencias de las FARC con estructuras organizadas del crimen de alto impacto de Medellín, para atentar contra su vida y la del Alcalde; y la segunda amenaza contra su vida, la del Secretario de Seguridad y la del concejal Tobón, con participación de “Los Pesebreros” y “La Terraza”.
Por su parte, el delegado del Gobierno nacional en el Espacio Socio Jurídico para la Paz Urbana de la Cárcel de Itagüí, Jorge Mejía Martínez, puso en duda tales amenazas.
Mejía Martínez también desestimó la supuesta alianza entre guerrilla y estructuras organizadas de delincuencia urbana, si se tiene en cuenta la ascendencia política e ideológica de unos y otros grupos armados. Pero, especialmente, por la voluntad de paz demostrada por los voceros de las estructuras urbanas, durante más de dos años de conversaciones en la cárcel de Itagüí.
Pero la concejala Claudia Carrasquilla insistió en la veracidad de las amenazas, las cuales –dijo- tienen origen en la incomodidad que las objeciones hechas a la manera cómo se está llevando a cabo el proceso de paz urbana, les generan al Gobierno nacional, a sus delegados en el Espacio Socio Jurídico de la cárcel de Itagüí y a los voceros de las estructuras armadas allí recluídos.
Por su parte el Movimiento Sinergia plantea que se trata de una estrategia que desconoce el camino recorrido y que pone en riesgo una apuesta histórica: “el hecho de que las estructuras armadas expresen su voluntad de paz a través de voceros en escenarios de conversación socio jurídica, que la sociedad civil y la comunidad internacional respalden este momento, es una prueba de la madurez del proceso”.
Indica que las supuestas amenazas son “señalamientos sin fundamento que erosionan la confianza ciudadana y debilitan un trabajo de más de 30 años”.
Recuerda que a finales de los años 90, el Movimiento participó en la realización de cerca de 57 pactos de no agresión en 75 barrios de Medellín y Bello. Y que más recientemente, en 2024 -precisamente en el contexto del Espacio Socio Jurídico con 16 voceros de los combos, bandas y estructuras del crimen organizado del Valle de Aburrá-, hubo un notable descenso del 16% en homicidios en todo el área metropolitana (de 502 a 421 casos); en Medellín la reducción de homicidios llegó al 17%; el secuestro cayó en más del 50%; y se registraron disminuciones en extorsión, hurto y desapariciones.
Además, como parte del proceso, se puso en marcha un piloto contra la extorsión en 25 barrios de Medellín y Bello, el cual se extendió, posteriormente, a 45 barrios, incluyendo a Itagüí. Se eliminaron las “fronteras invisibles”. Se rechazó el reclutamiento de menores y la explotación sexual. Y se prohibió la venta de drogas como Fentanilo y Heroína en zonas escolares.
Por estos logros es que el Movimiento Sinergia llama la atención sobre estrategias generadoras de miedo con intenciones electorales, desconociendo el camino recorrido “desde los pactos de no agresión de los años 90, pasando por los múltiples esfuerzos comunitarios en los territorios, hasta el presente”, demostrando que sí es posible bajar las violencias, abrir caminos de reconciliación y darle a la ciudadanía un lugar en la transformación del conflicto.
Finalmente, el Movimiento Sinergia convocó a la ciudadanía, a las instituciones, al Alcalde y a los concejales de Medellín a que actúen con serenidad, con responsabilidad y con respeto hacia un proceso histórico que habrá de garantizar la anhelada paz urbana, como un derecho y una necesidad de la Ciudad y de la Región.