“No hay Plan B: nos comimos el planeta”, dice Hernando Echeverri, miembro de la Junta Directiva de la Corporación Fenalco Solidario.
Sin embargo, la afirmación apocalíptica del también Gerente de Macrollantas puede empezar a esfumarse ante ejemplos de Responsabilidad Social Empresarial, en los que la consciencia ambiental y las acciones efectivas en defensa del medio ambiente sano, demuestran que hay esperanzas de salvar el planeta.
¿Es posible que en un solo centro de servicios automovilísticos se recicle diariamente una tonelada de residuos como llantas, cartón, papel, aceite, pastas y todo lo que allí sobra de las diferentes operaciones comerciales? Sí. Y por tanto, es posible que en una Mipyme como Macrollantas se reciclen 365 toneladas de residuos al año y que sus empleados, en una especie de natillera empresarial, puedan recoger, como ocurrió en este 2018, $136.955.193.
Hernando Echeverri da fe del ejercicio empresarial, que se extiende a la conducta de cada empleado en su vida doméstica, para materializar la intención de medir la huella de carbono y, en consecuencia, reducir en 30 toneladas, entre 2016 y 2018, las emisiones de CO2.
Además, ésta y otras empresas afiliadas a Fenalco, en alianza con la cementara Argos, son las pioneras del programa Sistema Verde que tiene el propósito de transformar las llantas desechadas en combustible alternativo. Sistema Verde tiene cinco plantas en el País y desde hace cuatro años ha transformado 17 mil toneladas de llantas trozadas en combustible.
“Donde todas las empresas hiciéramos el trabajo de respetar, proteger y defender el medio ambiente con acciones como éstas, no habría expresiones apocalípticas como que nos comimos el planeta”, afirma Hernando Echeverri.