Alfaro Martín García
Viajar por las vías del departamento de Antioquia se ha convertido en un víacrucis, las permanentes emergencias viales hacen más lejanas las posibilidades de contar con condiciones favorables para la conectividad y la competitividad lo que impide el acceso a los principales centros de producción; el invierno ha actuado como implacable verdugo y ha puesto en evidencia los ya conocidos problemas de inestabilidad y erosión de los taludes, así como las insuficientes obras hidráulicas, también es conocida la falta de mantenimiento en la infraestructura vial y la incapacidad gerencial que han demostrado los administradores en su manejo durante los últimos tres lustros.
Desde el punto de vista técnico en el pasado han sobresalido problemas graves, en algunos casos falta de transparencia en los procesos licitatorios, diseños imprecisos y ajustes que cambian por completo las condiciones iniciales, pliegos de condiciones incompletos, adiciones y sobrecostos de la obras casi en un 50%, mala calidad de los materiales empleados, inexperiencia de los interventores, así como desconocimiento de las veedurías ciudadanas y silencio de los órganos de control.
A pesar de la voluntad política del gobierno departamental al asignar nuevos recursos del crédito, 120 mil millones aprobados por la Asamblea Departamental al inicio del período de gobierno para afrontar la emergencia vial, se ha demostrado que son insuficientes, se requieren por lo menos 400 mil millones para mejorar las condiciones actuales y trabajar en la rehabilitación y mantenimiento integral de la red de carreteras, de lo contrario sería utópico pensar en una Antioquia vista como la mejor esquina de América.
El gobierno seccional incluyó en su plan de desarrollo el proyecto “Antioquia pavimentada para todos” que pretende pavimentar una vía en cada municipio. Esperamos que se prioricen en este proyecto vías que impacten positivamente la movilidad y el desarrollo departamental, evitando caer en manejos clientelitas en la selección de vías a construir, pues se ha visto que el gobierno nacional con el plan 2500, que contempla programas de infraestructura vial para el desarrollo regional con la pavimentación de 3.159 Km de carreteras secundarias y terciarias, en los consejos comunitarios asigna arbitrariamente, sin pensar en la competitividad, qué obras se deben desarrollar.
Es urgente definir una política pública departamental con el apoyo de las universidades que complete una adecuada planeación, ejecución y mantenimiento de las obras de infraestructura, especialmente de aquellos que tienen que ve con la red vial arterial haciendo participes a las comunidades a través de las veedurías ciudadanas y comprometiendo a los habientes con su desarrollo. Es además indispensable que se incorpore una ética pública que promueva la transparencia y manejo pulcro de los dineros que el estado administra pues son el camino para lograr la Antioquia soñada.