Lo ocurrido en el Partido Conservador Colombiano con la Presidencia en el Directorio Nacional de Carlos Andrés Trujillo, nos hizo recordar el repetido episodio en las tradicionales familias paisas, machistas y patriarcales, del “pedazo de carne más grande” para el padre, el hermano mayor y los hombres. De ahí la expresión ya en desuso de las hermanas y los hermanos menores “reparones”, ofendidos porque lo más chiquito era para ellos.

Esa es la metáfora de los directoristas y miembros del Partido Conservador “reparones”, porque el sector “trujillista” se estaba quedando con el pedazo de “carne burocrática” más grande y pulpa… El resto de la historia la cuentan Rubén Benjumea, Juan Carlos Hurtado y Roger Vélez en La Suma de los Mejores.

Pero si los “reparos” son grandes al interior de la familia conservadora, mayor es el malestar en la familia que habita en la acera opuesta, que ya no tendrá en el período del actual Gobierno de Gustavo Petro la mínima posibilidad de disfrutar de las mieles del poder, a la que harto han estado acostumbrados.

“Inanición” burocrática anunciada durante cuatro años, con riesgo de que sean “siete años de vacas flacas” o más. De ahí la lógica de la oposición protagonizada por Centro Democrático, tanto en el contexto nacional como en el local de Medellín.

“La simple disputa por una porción del poder”, como lo manifestó el representante del partido Centro Democrático, Hernán Cadavid, en La Suma de los Mejores, está llevando a las diferencias ya evidenciadas al interior del Partido Conservador y a la polarización dolorosa, dañina y destructiva de la confianza de la opinión pública en la política, los partidos y los políticos.

En el análisis hecho sobre el papel de los partidos en desarrollo del Estatuto de Oposición, en la lógica de la participación política de los partidos y movimientos en la democracia colombiana y mundial, en la dinámica de los partidos y movimientos según la búsqueda de gobernabilidad y, entre otras discusiones en torno a las decisiones adoptadas para satisfacer necesidades de gobernanza y burocracia, llegamos a la conclusión de que lo hecho por el Partido Conservador no es ni ilegal, ni ilícito, ni inmoral, aunque el populismo político y periodístico lo señale como tal. Pero es el resultado del “reparo” en la lucha por más y mejores porciones burocráticas, servidas por el gobierno de turno que sabe de la importancia de cebar a quienes mejor les pueden servir.

Por otro lado, de la conversación con Hernán Cadavid, miembro morigerado por razonable y responsable de la oposición, llegamos a la conclusión de que “el dato mata la carreta”, refiriéndose a que la opinión pública debe ser objeto de respeto por parte de los políticos, de un lado y del otro, quienes deben trascender la mentira, la infamia, la injuria y la calumnia, y recurrir a hechos y datos objetivos que respalden su propósito de obtener réditos políticos…

La discusión, la información, la opinión y el análisis están servidos en La Suma de los Mejores.