Los representantes de la Academia Nacional de Medicina, la Federación Médica Colombiana, el Colegio Médico Colombiano, la Asociación Colombiana de Internos y Residentes y la Asociación Médica Sindical Colombiana, entre otras agremiaciones y asociaciones médicas encuentran inexplicable que se hubiera designado a un ingeniero – economista como Ministro de Salud, cuando el mismo Presidente de la República había prometido durante la campaña electoral revivir el Ministerio de Salud y mantener al frente suyo a un profesional de la medicina. Lo primero se cumplió, más no lo segundo, pese a haber designado por corto tiempo a la médica Beatriz Londoño.

Tal determinación lleva a pensar que para el Jefe del Estado la solución a la crisis del sector de la salud es del resorte de los economistas y no de los médicos, lo cual obliga a exponer ante la opinión pública los puntos de vista de los médicos colombianos.

Estudios realizados por entidades académicas nacionales y extranjeras han puesto de presente el deterioro de los indicadores sanitarios en Colombia, coincidente con el colapso de un sistema que, contrariando principios elementales de salud pública, ha antepuesto la atención de la enfermedad a su prevención y a la promoción de la salud. Sin duda, es demostración palpable de que las cosas no se han venido haciendo bien.

La justificada y creciente inconformidad venida de los usuarios de ese sistema, como también de los prestadores directos de la atención, tiene su explicación en el

criterio economicista, mercantilista, con que se ha manejado la prestación de los servicios. Podemos afirmar con suficiente autoridad que el desbarajuste del sistema tiene como causa la intermediación corrupta y no la falta de recursos. Y en esa intermediación no está comprometido el cuerpo médico.

 

El sistema actual distorsiona la misión de la profesión médica al utilizar a sus cultores como sustento de un modelo de mercado, cuyo objetivo claro es la obtención de ganancias, ajeno por completo al humanitarismo que debe caracterizar la prestación de los servicios de salud. Ese modelo ha causado un impacto negativo sobre la medicina como disciplina práctica y como ciencia, al desconocer principios y valores fundamentales del ejercicio profesional.

 

Teniendo en cuenta lo anterior, la noticia del nombramiento de un distinguido Ingeniero – Economista para dirigir la cartera de salud es motivo de honda preocupación para el cuerpo médico, pues cree que es imperioso cambiar de rumbo, utilizando una carta de navegación distinta a la puramente economicista.

Sin embargo, abrió un paréntesis de espera y mantiene su propósito de seguir colaborando en procura de alcanzar un sistema que garantice el usufructo de la salud como un derecho fundamental.

 

El documento enviado al Presidente de la República fue suscrito por el presidente de la Academia Nacional de Medicina, Sergio Isaza, por el presidente de la Federación Médica Colombiana, Roberto Baquero Haeberlin, por el presidente del Colegio Médico Colombiano, las Sociedades Científicas, la Asociación Colombiana de Internos y Residentes y la Asociación Médica Sindical Colombiana.