Un sentimiento encontrado le generan al representante a la Cámara, Óscar Marín, los 8.5 billones de utilidades reportados por el sector financiero colombiano en 2009. Por un lado, dice que le alegra que los empresarios obtengan buenos resultados financieros, porque “mientras más prósperos, hay más posibilidades de crear empleo y mejorar las condiciones de vida de los colombianos”.
“Pero cuando uno profundiza en el análisis, y descubre que las utilidades del sector real de Colombia crecieron por debajo del 0 %, la situación se torna preocupante porque quiere decir que las políticas macroeconómicas del Gobierno Nacional están incentivando más la especulación que la producción, y eso es supremamente dañino para la economía”, aseguró Óscar de Jesús Marín, quien es Contador Público y ha sido uno de los congresistas antioqueños con mayor dedicación a los temas económicos en el período parlamentario que culmina este 20 de julio.
Lo grave, según el Representante Liberal, es encontrar que el 35 % de las utilidades del sector financiero (cerca de 3 millones de millones de pesos) es fruto de los abusos con los usuarios (cobro por el uso de tarjetas, por pedir saldos, por solicitar certificaciones, etc.). No son producto del negocio esencial que es la intermediación, en el cual también son abismales las diferencias entre las tasas de captación y las de colocación.
“Y para completar –enfatiza el Congresista antioqueño- las condiciones laborales del sector son reprochables, ya que los bancos se están inventando todo tipo de contratos que atropellan la dignidad de los empleados y trabajadores”.
Por lo anterior, Óscar Marín lamenta que tantas utilidades del sector financiero sean a costa del ahorcamiento del sector real de la economía del país, del abuso con los usuarios y de la cada vez mayor pauperización de los empleados y trabajadores bancarios.
También se extraña que las utilidades de Saludcoop y de Coomeva estén entre las más altas del país porque, según dice, el Estado aporta el dinero de la salud, y son esas entidades las que especulan con él y se enriquecen, mientras el pueblo sigue enfermo.
“Si tuviéramos un Congreso serio y capaz, se podría poner en la raya a estas entidades. Pero con un Congreso subyugado a los intereses del sector financiero y del ejecutivo, es difícil. Acaba de pasar una Reforma Financiera hecha a la medida del sector financiero, que no favorece al usuario, excepto porque logré que a los trabajadores se les garantice mantener el poder adquisitivo constante de sus aportes efectuados a los Fondos de Pensiones, y que en los Fondos de Cesantías, igualmente se les garantice a los colombianos la rentabilidad mínima en sus ahorros”, concluye.
Óscar Marín pide a los colombianos que analicen esta realidad, para que el próximo 14 de marzo vayan a las urnas con criterio, para que no vendan la conciencia y la confianza colectiva votando por quienes quieren llegar al Congreso de la República con el fin de hacer negociados para el interés de unos pocos, en contra del interés general de los colombianos.