El Comité “No más Peajes en Barbosa” espera que las protestas pacíficas que vienen realizando desde finales de 2019 no tengan que convertirse en un paro cívico como el realizado por habitantes de Apartado, Chigorodó, Carepa y Turbo, en el Urabá antioqueño, en enero de 2018, mediante el cual lograron que la Agencia Nacional de Infraestructura –ANI- suspendiera el cobro de tres peajes, impuestos para financiar la Autopista de Cuarta Generación “Al Mar 2”.

Victoria Jiménez y Wilson Henao, miembros del Comité “No más Peajes en Barbosa”, afirman que los gobiernos nacional y departamental de Antioquia han vulnerado el principio de buena fe y de la confianza legítima, al pretender imponerles a los habitantes de Barbosa el cobro de los peajes de El trapiche y El Cabildo por 38 años más, cuando estaba estipulado que el cobro de estos peajes terminaría el 14 de abril de 2021.

Según Jiménez y Henao, la concesión de los peajes de la Doble Calzada Niquía – Hatillo a la empresa Hatovial, que empezó en 1991, terminaría en 2021, pero la ANI firmó un nuevo convenio con el Consorcio Vías del Nus –VINUS- para continuar la Doble Calzada, concesionada a Hatovial, hasta la Costa Caribe y el Rio Magdalena.

Victoria Jiménez afirma que los habitantes de Barbosa ya han sufrido durante casi 20 años las consecuencias nefastas, en materia económica y social, de los peajes El trapiche y El Cabildo y que no soportarán que se les incremente en 38 años más dicho cobro.

Wilson Henao lamenta que el gobierno nacional, a través del Ministerio del Transporte y la ANI, y el gobierno de Antioquia, sean tan injustos con los habitantes de Barbosa, el municipio más pobre del Valle de Aburrá –según Henao- al exigirles el pago de los peajes en mención desde hace casi 20 años, haberles impuesto el pago de valorización en 2005 y en 2014 y ahora pretender ampliarles el pago de peajes a 38 años más.

El Comité “No más Peajes en Barbosa” espera encontrar en el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria Correa, y en el alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle –como presidente de la Junta del Área Metropolitana del Valle de Aburrá-, una actitud más comprensiva de la difícil situación que viven los barboseños.