Por: Alfaro García
En este año 2010 se desarrollarán importantes eventos electorales para elegir Congreso, Presidente y vicepresidente de la República. Con el ánimo de que estas elecciones se revistan de transparencia, la Ley 996 del 2.005 debiera garantizar un ejercicio de la política transparente para que todos aquellos que participan puedan tener igualdad con las garantías que otorga el estado.
Sin embargo en el país y especialmente en Antioquia el adagio popular de “promulgada la ley hecha la trampa” lamentablemente aparece cuando se buscan esguinces para no cumplir la norma, sobre todo en lo relacionado con los topes de gastos, donde el estado no cuenta con las herramientas necesarias para su control.
En las elecciones colombianas siempre se ha visto el abuso que hacen algunos aspirantes al congreso cuando derrochan recursos en exageradas campañas mediáticas, pasando los topes exigidos por la ley que los pone en clara ventaja frente a aquellos que si la respetan. La congelación de la nómina oficial es otra de las garantías que se violan, pues a través de cooperativas son empleados miles de trabajadores para servir en el gobierno, muchas veces sin ninguna garantía laboral, pero con la única condición de ser esbirros útiles en campañas que el mismo gobernante apalanca y apadrina, de lo contrario al finalizar el contrato de sólo tres meses serian despedidos. La financiación de las campañas han tenido como antecedente que son los mismos contratistas del gobierno, sobre todo aquellos que participan en concursos y licitaciones públicas amañadas, los que con generosos aportes se convierten en mecenas de los candidatos, y la tan conocida y reprochable costumbre de compra de votos ha dejado de convertirse en un negocio al detal entre candidatos y ciudadanos para pasar a Alcaldes, Concejales y líderes que luego de comprometer los recursos públicos a cambio de votos al mayoreo benefician a candidatos sugeridos por el gobernante de turno, constriñendo así la voluntad del electorado.
Qué se puede esperar de un congreso, donde su primera acción es superar, aunque sea violándolos, los obstáculos que ordena la ley de garantías electorales, es como amarrar “el gato con longaniza”, “un canto a la bandera”, seguramente tendremos un congreso tan impopular como la guerrilla, de espaldas a la realidad del país, ausentista a la hora de tomar las grandes decisiones y quizá muchos de ellos investigados en un nuevo capítulo de la parapolítica, la farcpolítica o como en el caso de Antioquia por el constreñimiento electoral.
Nos toca a la ciudadanía, con criterio e inteligencia revisar nuestro voto, porque “cada pueblo elige lo que se merece”. Hoy quienes nos representan en su mayoría no cumplieron con la tarea legislativa y reprobaron en su misión, por eso es el momento de que todos votemos libremente y a conciencia por los mejores para dirigir el destino de nuestro país y castiguemos a aquellos que emplean su precario cociente intelectual para su beneficio propio, actuemos!