Por: Fabio Humberto Rivera

El Gobierno Nacional ha sido muy generoso con los canales privados existentes en el País. RCN y Caracol han contado con el tiempo suficiente para empoderarse en Colombia.

La prórroga les fue concedida por un valor menor del que inicialmente pretendía recaudar el Estado, como consecuencia de la crisis económica, de la importancia de estas dos grandes empresas y de la presión que se ejerció desde muchos frentes. Presión que calificaría como legítima.

También calificó como válida y pertinente la iniciativa de abrirle el espacio a un tercer canal, situación que permitirá democratizar y ampliar la oferta de televisión a los 44 millones de colombianos.

La licitación del tercer canal no debe utilizarse en una campaña electoral para defender intereses privados, aunque estos sean legítimos, en contra de los intereses generales.

Colombia necesita del tercer canal. Con estos recursos debe fortalecer el Canal Uno y los canales regionales para construir una televisión pública fuerte y capaz de competir con los canales privados.