Fabio Humberto Rivera

Esta importante obra que tuvo muchos tropiezos en los primeros años de su ejecución, avanza hoy con buen ritmo por parte de los contratistas del proyecto.

Debemos ser justos con los gobernadores anteriores, a quienes se les debe mucho en este desarrollo vial que mejorará la movilidad y valorizará la tierra del Norte del Valle de Aburrá y del Nordeste antioqueño.

 

Al Gobernador actual y al gerente saliente, Omar Hoyos Agudelo, se les debe el buen ritmo que tienen las obras y la financiación de la doble calzada entre Barbosa y Cisneros.

 

Luis Alfredo Ramos Botero y Omar Hoyos Agudelo gestionaron ante el Gobierno Nacional cuatrocientos mil millones de pesos, más ciento veinte mil millones de pesos que aprobó la Asamblea de Antioquia garantizando así la terminación de la doble calzada entre Bello y Cisneros para dejar el Nordeste de Antioquia cercano a hora y media de Medellín.

 

Al Municipio de Medellín le corresponde el tramo de la doble calzada entre Solla y el Tricentenario, sus diseños están terminados y el Concejo de Medellín ya aprobó los recursos; sólo resta que el Secretario de Obras Públicas agilice la licitación para que no se siga postergando este tramo con los problemas de movilidad que hoy se presentan en el sector.

 

Esta concesión va por buen camino, no ocurre lo mismo con las de los aeropuertos, donde los privados aún no hacen las grandes intervenciones que corresponden al Olaya Herrera y al José María Córdoba, entre otros.

 

Igualmente esperamos que el Proyecto de Autopistas de la Montaña tome rápidamente el ritmo que hoy tiene la doble calzada Bello-Hatillo y que no siga el ejemplo de la lentitud impuesta por la Nación a nuestro esperado Metroplús.

 

En materia de concesiones necesitamos a un sector privado más agresivo, que invierta más en Antioquia, que se atreva a estructurar y arrancar rápidamente la gran vía que unirá al Municipio de Caldas con Niquía, mejorando la movilidad del Área Metropolitana.

 

Este es un proyecto que tiene todas las de ganar financieramente, no lo piensen más porque harán creer que están cañando.

 

Pasemos de los estudios y diseños a las licitaciones y contrataciones para que de esta manera las obras se vean, y la economía sea irrigada por dineros públicos y privados permitiéndonos mitigar, en parte, el impacto negativo de la crisis que vive el país, rompiendo además la tendencia creciente del desempleo en la Región.

 

¡Es hora de actuar!