Por: Jaime A. Fajardo Landaeta

El General Freddy Padilla de León, comandante general de las Fuerzas Militares, en diálogo periodístico con Yamid Amat pidió un respaldo masivo para la organización que comanda, por parte de toda la ciudadanía. Este llamado lo hace en momentos en que, al parecer, las Farc iniciaron una nueva etapa de su estrategia militar luego de asimilar –al menos en parte- los golpes recibidos.

Debo decir que conocí al General Padilla en una misión humanitaria en el corregimiento San José de Apartadó, cuando fui delegado a la misma por parte del Gobernador de Antioquia, en 2005. Me sorprendieron gratamente los planteamientos que le hizo a la población civil y las órdenes que impartió a sus subalternos. En esa ocasión se refirió a la necesidad de mostrar en la práctica el respeto a los derechos humanos y la importancia de ganarse la aceptación de la comunidad para poder contar con su apoyo.

A esta tarea dedicó varias horas, para entrar en detalles acerca del sentido de las acciones humanitarias que se estaban cumpliendo también en otros lugares agobiados por el conflicto. En algún momento se dirigió a Carlos Franco, Director de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, para manifestarle: “Todo lo que usted nos diga en materia de derechos humanos será una orden para nuestro Ejército”.

Esta rememoración obedece a que estoy convencido de que en esa valiosa institución se conserva un grupo importante de comandantes que vienen haciendo esfuerzos para blindarla de hechos que la puedan vincular con la violación de los derechos humanos y del DIH. En medio del debate sobre las implicaciones de los falsos positivos, las chuzadas del DAS o las ejecuciones extrajudiciales que comprometen a una buena cantidad de miembros de las Fuerzas Militares, agrada saber que existen líderes como Padilla de León que quieren demostrar, con cada actuación, el compromiso indeclinable que han asumido con la verdad y con el respeto hacia los postulados del DIH.

Así como esta columna ha criticado y denunciado acciones indebidas de la Fuerza Pública, también debe reconocer que en su seno se está consolidando un criterio de rechazo a éstas, sumado a la convicción de que para ser efectivos en el campo militar no hay que violentar la ley y mucho menos pisotear las normas de respeto al ser humano acordadas universalmente.

Es que no pueden seguir prosperando prácticas contrarias, como la que  reconoció hace poco un coronel de Ejército vinculado a los escándalos denunciados: que era política oficial, dirigida por el General Mario Montoya, que la efectividad de sus hombres se evaluara por el número de bajas enemigas producidas. Creo que ese concepto está perdiendo terreno en la institución, aunque aún quedan defensores muchos de ellos, por denuncias de oficiales retirados, en la propia casa de Nariño.

Estos últimos están sintonizados con un discurso oficial que presiona indebidamente a los militares y con las exigencias de algunos asesores de palacio para que se actúe ilegalmente contra la oposición política, supuesta aliada del terrorismo. Ello ha contribuido a las violaciones y a las acciones delictivas conocidas.

Por esa razón le sugerimos al General Padilla que sea más radical para señalar a los responsables de los falsos positivos y para condenar estos desmanes. La tropa debe saber que dicho gesto no demerita su moral y que jamás se pueden emular los métodos y prácticas del enemigo.

A diferencia de algunas colegas de la oposición, estoy convencido de que tanto en el Ejército como en la Policía Nacional se están adoptando posiciones en favor del respeto y observancia de los derechos humanos y del DIH, en cuyo propósito los debemos apoyar. Pero la mejor manera de obtener resultados más favorables es también aclarando los hechos recientes, mientras se toman correctivos que armonicen con la política de seguridad democrática.

A la par con lo anterior, es bueno mencionar que desde la Vicepresidencia de la República, en cabeza de Francisco Santos, se siguen consolidando  logros significativos en este campo.

Punto final: A propósito de DDHH, DIH y Victimas, lo mejor seria que esperáramos un  tiempo para la RENOVACION Y CAMBIO al seno del Congreso de la Republica. Desde la CAMARA DE REPRESENTANTES Lucharé por ello, acompañe en esta tarea.