Foto: Poder Judicial Perú

Los actos sexuales con animales figuran hoy sólo como una circunstancia de agravación del delito de maltrato animal. Es decir, no constituyen un tipo penal independiente. Esta limitación deja espacios para la impunidad, pues la norma exige demostrar un daño físico grave, lo cual dificulta la judicialización de los responsables. El nuevo proyecto pretende cerrar esa brecha y reforzar la protección jurídica de los animales como seres sintientes.

Recuerda el “Econgresista” conservador que esta iniciativa se inspira en penalizar de manera expresa los actos sexuales con animales, para no seguir encubriendo bajo el término genérico de “maltrato” lo que, en realidad, constituye una forma extrema de abuso y violencia.

El colíder del movimiento “Conservadores por Naturaleza”, Nicolás Albeiro Echeverry, recuerda que varios proyectos que pretendían sancionar de forma directa los actos sexuales con animales, fueron archivados por vencimiento de términos. Hoy se justifica en tres razones principales: al no estar tipificado el abuso sexual como delito autónomo, se limita la acción de la justicia y se generan amplios márgenes de impunidad; si no hay daño físico visible, resulta casi imposible probar judicialmente el maltrato; y como norma autónoma, permite la realización de campañas educativas e incentivar las denuncias.

La ciencia también aporta argumentos decisivos: los animales sienten dolor, sufren trastornos emocionales y pueden desarrollar patologías graves como consecuencia de abusos sexuales. Estudios internacionales incluso han demostrado la relación directa entre la zoofilia, la violencia de género y el abuso sexual contra niños y niñas. De hecho, psicólogos y criminólogos advierten que quienes cometen actos sexuales con animales tienen alta probabilidad de reincidir y escalar hacia delitos contra seres humanos.

Los testimonios recogidos por la Fiscalía dan cuenta de lesiones uterinas, vaginales, rectales e incluso muertes de animales como resultado de estas prácticas. En algunos casos, se han documentado escenarios de zoosadismo y empalamiento, lo que evidencia un nivel de crueldad que trasciende cualquier consideración cultural o tradicional.

“De ahí la urgencia de que Colombia avance en esta tipificación autónoma, no sólo como una sanción penal, sino como un mensaje claro hacia una sociedad que no debe tolerar ningún tipo de violencia”, ha dicho el “Econgresista”.

El senador Nicolás Albeiro Echeverry considera importante reconocer a los animales como seres sintientes porque ello implica coherencia normativa y compromiso social.