En la política colombiana, donde la estridencia se confunde con liderazgo y la agresividad con carácter, la moderación suele pagarse caro. Esta semana, el precandidato presidencial, Sergio Fajardo Valderrama, fue cuestionado por su decisión de hacer una campaña sin insultos y sin ofensas, alejado de los extremos propios de la polarización que sufre el País. Fue señalado otra vez de “tibio”, de “carecer de “guevas” y de no tener “la fuerza” para enfrentar los desafíos del País.
La decisión del senador y precandidato a la Presidencia de la República por el Partido Liberal, Mauricio Gómez Amín, de desistir de su aspiración y saltar a la extrema derecha que representa el precandidato Abelardo de la Espriella, a quien decidió adherir, ha sucitado críticas al interior de la Colectividad. La decisión fue señalada de incoherente, como lo hizo el representante Juan Carlos Losada, quien afirmó que “el verdadero Partido Liberal nunca estará con la ultraderecha, a la que pretenden llevárselo Mauricio Gómez y César Gaviria”.