Por: Francisco Santos

Que desorden. Los cafeteros de nuevo al borde de un paro. Los paperos andan en las mismas. Todo el gremio agropecuario de Córdoba está en pie de guerra. Cocaleros del Catatumbo bloquean Norte de Santander. Y para terminar el sector del transporte de carga anda por las mismas. ¿Y Santos? En Suiza.

Insisistir en la desconexión del Presidente, los ministros y del gobierno en general de la realidad del país es llover sobre mojado. Los colombianos, ese 63 por ciento que repetidamente no quiere la reelección de Santos, de sobra entienden el vacío de poder que hay por cuenta de ese centralismo asfixiante y el desdén de este gobierno bogotano y bogoteño por la provincia. Esos colombianos, la provincia en general, ya se dio por vencida en ese tema y aceptó lo que en este caso la tierra cachaca dio.

Sobre lo que si se debe insistir es la incapacidad gerencial de este gobierno y la ineptitud del Presidente para abajo. Este paro nacional tiene nombres propios: Juan Manuel Santos y Juan Camilo Restrepo. Estos tres años han sido la debacle para la agricultura que se aburrió de la ineptitud, las promesas incumplidas y el abandono del sector.

 

Varios ejemplos ilustran la crisis. En tres años la producción de maiz en Córdoba bajó de 30 mil a 13 mil hectáreas. En los dos últimos años se han dado las dos cosechas cafeteras más pobres de los últimos 30 años. Y el valor de la tierra, un potente indicador, en Plato, Magdalena cayó a la mitad.

Podríamos ir de sector en sector para que los lectores se den cuenta del desgobierno que hay pero no ni iríamos al fondo del asunto: la ineptitud del gobierno que conduce a las promesas incumplidas y la desconfianza que hoy hay con la palabra del Presidente y de sus ministros. La amenaza de paro del sector transporte está ligado a una promesa incumplida, el control del precio del combustible acordado en la negociación para levantar la anterior huelga.

Santos, Restrepo y las Farc tienen a Colombia otra vez en discusiones de reforma agraria como en 1936 con López Pumarejo. Y solo la restitución de tierras tuvo agenda en el tiempo del Presidente y el exministro. Mientras tanto el sector se quebraba por cuenta de la inseguridad que regresaba al campo, la revaluación y la falta de ayuda para enfrentarla y la total ausencia de una política agrícola. Ahora hay que agregarle la inseguridad jurídica que tiene en pánico a los que hoy tienen tierra y ahuyentó a la gran inversión nacional y extranjera.

Santos, Restrepo (ahora el ministro Estupiñan) y las Farc quieren un país de minifundios y de agricultura de subsistencia. Vamos como los cangrejos. Con una eneptitud tan flagrante que el ministro Estupiñan le pidió a los productores de frutas de La Unión y Roldanillo, Valle sembar piña y fresa aunque esta última tan solo se da por encima de los 2.000 metro de altura.

Falta lo del Catatumbo. El gobierno acabó con los programas de substitución de cultivos y al erradicar le entregó los cocaleros a las Farc. Que quieren forzar la primera zona de reserva campesina, o caguancito, pues saben que a Santos le tiemblan las rodillas con facilidad. Grave panorama.

Estamos como esa famosa película de humor ¿Dónde está el piloto? Pero no es para reírse pues es la suerte de Colombia la que está en juego.