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Agencia Virtual de Prensa –AVP-. La denuncia sobre presunta prostitución en el Metro de Medellín, presentada por la Corporación Centro Consultoría de Conflicto Urbano -C3-, prendió las alarmas en diferentes sectores sociales.
El concejal de Medellín, Róber Bohórquez Álvarez, hizo eco de la alerta, pero no preocupado por la posible negligencia del Metro. Al contrario: el Concejal del Partido Cambio Radical está convencido de la “Cultura Metro”, y sabe de la rigurosidad con que las directivas y funcionarios de la Empresa llevan a cabo la vigilancia y las diferentes acciones orientadas a que esa “Cultura” sea ejemplo para la Ciudad y modelo para el País y el Mundo.
La preocupación de Bohórquez tiene que ver con la vertiginosa pérdida de valores, capaz de permear hasta la rigurosidad de la “Cultura Metro”.
“Narraciones como las que hace C3 sobre menores de edad ofreciéndose como ´dama de compañía´ o como ´objeto de satisfacción sexual´, hablan de la falta de oportunidades pero, especialmente, de la carencia de educación y de formación en valores en la familia y en la escuela”, expresa Róber Bohórquez.
Dice el Corporado que el uso de las escaleras de los diferentes accesos al Metro por parte de menores de edad y de niñas que aprovechan sus uniformes colegiales para captar más clientes, son la consecuencia de la pérdida de valores que les lleva a poner por encima de los bienes espirituales, los materiales. Es la ausencia de la familia o el resultado de una familia abusada y violentada permanentemente.
“La decencia y el respeto -especialmente el que deben tenerse las mismas menores que ahora usan las estaciones y los vagones del Metro para encontrar sus clientes sexuales- son valores que se han perdido como consecuencia de la desintegración familiar, de los medios de comunicación y de las redes sociales”, explica Bohórquez Álvarez, quien solicita al Concejo pensar el problema y a la Administración hacer propuestas para combatir esa pérdida de valores.
Recuerda el Concejal que el problema no se queda en el irrespeto de los menores por su propio cuerpo: consecuencias que impactan la convivencia y la paz en la Ciudad son el aumento de la violencia juvenil, la deshonestidad, la falta de respeto hacia padres, maestros y otras figuras de autoridad legítimas, crueldad, intolerancia, egoísmo y materialismo crecientes y, como ya se ha dicho, abuso de drogas, de alcohol y del cuerpo con actividad sexual irresponsable.