Agencia Virtual de Prensa –AVP-. “El Plan de Ordenamiento Territorial –POT- de Medellín debe respetar la dignidad humana. Esto quiere decir que los procesos de renovación habitacional no deben considerar solamente la entrega de una vivienda, sino un acompañamiento integral, porque muchas veces el reasentamiento, más que una solución, se convierte en un problema”, señala el concejal Roberto Cardona Álvarez.
Uno de los principios internacionales en estos procesos es mantener o mejorar las condiciones sociales y habitacionales de la comunidad, vigentes al momento del reasentamiento. Sin embargo, en Medellín algunas comunidades que han sido reasentadas tienen carencias en materia de condiciones de vida, salud, educación y empleo, entre otras.
Por eso considera el concejal de Firmes por Medellín que el Municipio tiene que corregir muchos problemas relacionados con el derecho a la dignidad que pretende satisfacer. Señala que es necesaria una efectiva intervención integral que permita a los beneficiarios de programas de vivienda, el goce de éstas con un entorno seguro, amable, armonioso, convivente, ambientalmente sostenible, con condiciones adecuadas del espacio público, con equipamientos básicos sociales y opciones para el fomento de la economía solidaria y el empleo, entre otros.
Roberto Cardona recuerda que se trata de hogares y asentamientos humanos conformados por personas en situación de pobreza y vulnerabilidad social, a las que se les ha debido dar un trato social y económico especial.
“Pongo como ejemplo la Ciudadela Nuevo Occidente: con las personas que fueron llevadas allí no se tuvo en cuenta la forma en que encontraban su sustento económico. La mayoría de ellas son comerciantes informales que desarrollaban su actividad económica en sus anteriores lugares de vivienda. Al llegar a la Ciudadela, tuvieron que destinar sus apartamentos como negocio. Allí, en cualquier piso, se pueden encontrar carnicerías, panaderías, talabarterías, bares, billares, etc., lo que afecta la convivencia entre los vecinos, al punto de producir riñas con heridos y muertos como ya ocurrió el año pasado”, explica el Concejal.
Roberto Cardona afirma que los balcones, convertidos además en parqueaderos de motos, se caracterizan por su inestabilidad y agrietamiento. Las rampas de acceso a algunos bloques amenazan con desplomarse. Los estudiantes no cuentan con caminos adecuados para desplazarse hacia el colegio. Y, en general, las quejas de los habitantes de la Ciudadela Nuevo Occidente y de Altos de Calasanz son muchas y persistentes.
La preocupación del concejal Roberto Cardona Álvarez no es nueva: viene desde abril del año pasado. Por eso espera que en el ajuste del POT, la Administración Municipal entienda que estas familias pobres quieren vivienda con acompañamiento social, económico, sicológico y ambiental, para que realmente la dignidad habite en esos hogares.