Después de los planteamientos que realicé en materia de seguridad para dar una posible salida al conflicto que se está viviendo en la capital de la montaña, quiero presentarles la segunda parte de mi propuesta sobre las medidas que se pueden tomar a nivel de prevención y corrección.
Creo que es más fácil y rentable manejar una política preventiva en relación al tema de la drogadicción, y no tener que asumir todas las consecuencias de tipo social y económico que este mal acarrea.
- Es absolutamente necesario que las Secretarías de Educación, de Gobierno y de Salud restablezcan un diálogo directo con las comunidades educativas para constituir de común acuerdo con estudiantes, docentes y padres de familia un programa de prevención de la drogadicción.
- Medellín es uno de los municipios que ha utilizado gran parte de su presupuesto en hacer campañas publicitarias que a la larga no están aportando nada positivo, pues la mayoría se han realizado para mostrar una falsa realidad de nuestra ciudad. Qué bueno sería que buena parte de esos recursos se destinaran para llevar a cabo campañas de prevención y encaminar a los jóvenes que han caído en el mundo de las drogas a procesos de rehabilitación.
- Aprovechar la emergencia social decretada por el Gobierno Nacional, para que el tema de la drogadicción sea prioritario, ya que estamos hablando de un problema de salud pública y debe ser incluido dentro del presupuesto que se reservará para atender la emergencia que está atravesando el país en materia de salud.
- Utilizar los medios de comunicación comunitarios y convertirlos en grandes aliados a la hora de educar e informar a los jóvenes y padres de familia sobre la realidad que los rodea, y que está cobrando tantas vidas en sus vecindarios.
- Realizar procesos de detección de adictos a las drogas en los colegios y que esta información se maneje confidencialmente y que sea la misma institución, con ayuda de profesionales, la que se encargue de inducir a los muchachos a procesos de rehabilitación en los que reciban el tratamiento adecuado.
7- Es imperioso establecer un convenio con “CARISMA” que permita ampliar los cupos que pose esta institución y así brindar cobertura a los jóvenes menos favorecidos de estratos 1 y 2.
8. Qué bueno sería que instituciones como Alcohólicos Anónimos que poseen una basta experiencia en la rehabilitación de personas en los barrios de Medellín, funden un “plan padrino” para drogadictos anónimos. Sé que esto generaría resultados muy rápidos.
Considero que si ponemos gran empeño y aplicamos éstas y otras buenas ideas en materia de prevención y recuperación, y adicionalmente combinamos las medidas de policía expuestas en la columna anterior, podríamos encontrar una salida a esta difícil situación por la que atraviesa nuestra sociedad.