Sobre la propuesta del Partido de la U de defender en la próxima legislatura la “cadena perpetua” para los violadores de niños, dada a conocer por el presidente del Senado, José David Name, el personero de Medellín, Rodrigo Ardila, dijo que va en contravía de la Constitución y la Legislación colombianas: El artículo 34 de la Carta Política dice que se prohíbe la “prisión perpetua”.

El Personero de Medellín dice que “el Congreso debería mejor legislar sobre  cómo resocializar realmente a quienes son condenados a cárcel por cualquier delito. Una pena de 20 años para quienes abusen sexualmente de menores de 14 años, es suficiente para que la persona castigada se rehabilite y recapacite por el daño producido a la sociedad. Pero esa larga reclusión debe también garantizarle a esa persona el respeto a su dignidad. De lo contrario, sólo la llenará de resentimiento y rabia, con muy pocas probabilidades de verdadera resocialización”.

Sin embargo -afirma Rodrigo Ardila-, las actuales condiciones de los establecimientos carcelarios del País, donde el hacinamiento supera el 50 por ciento, en promedio, ha hecho muy difícil que se respeten los derechos humanos y los derechos fundamentales de los internos. Por eso insiste en la urgencia de construir nuevos penales, pero con condiciones más humanas, estilo granjas, donde los presos puedan trabajar y estudiar, no solo para lograr rebaja de penas, sino, especialmente, para garantizar el respeto a su dignidad humana y así poder esperar una verdadera resocialización.

Según el Personero, el encierro no garantiza que la persona deje de delinquir. De hecho, recuerda el comentario del Vicefiscal General de la Nación en el sentido que la mayoría de llamadas con propósito de estafa se hace desde las prisiones.

El personero de Medellín, Rodrigo Ardila, entiende que temas como la “cadena perpetua” se vuelvan populares como consecuencia de la indignación social que genera el acceso carnal abusivo con niños, niñas y menores con algún tipo de discapacidad mental o física, pero es inconstitucional y ella misma atenta contra  la dignidad humana, anula los derechos humanos y destruye todo concepto de resocialización.

Algunos analistas afirman que la “prisión perpetua” no resuelve nada y, en cambio, alimenta el espíritu vengativo que hoy caracteriza a la sociedad colombiana y que viene estimulando a los medios de comunicación a presionar a la justicia a una suerte de efectivismo que termina produciendo injusticias, al modo de las lamentadas cacerías de brujas. Según esos comentarios expertos, después de la petición de la “prisión perpetua” viene el reclamo social de la pena de muerte.

El nuevo intento de revivir la “prisión perpetua” recuerda la iniciativa que se conoció como “Ley Gilma Jiménez’, en honor a la fallecida Senadora que impulsó el referendo de la “cadena perpetua”. frente a la necesidad de brindar especial protección a los niños y niñas.