Por: Gabriel Zapata Correa *

Con el argumento de que es una medida necesaria para enfrentar “El fenómeno de El Niño” más terrible de la historia, el Ministerio de Minas y Energía anunció un incremento, por kilovatio hora de entre 6 y 7 pesos, a partir del 1 de diciembre, lo que representa un aumento en las tarifas de 460 pesos para el estrato 1 y de 3.000 pesos para los niveles altos de la población.

Diversas voces de rechazo han surgido en el país, luego del anuncio del Ministerio de Minas. Algunos la han calificado de injusta y otros de ilegal, mientras que el Gobierno trata de justificarla. La sombra del apagón que sufrió el país en 1992 en el Gobierno de César Gaviria vuelve a erigirse sobre los colombianos, con unas pérdidas que llegaron a los 20 billones de pesos.

Sin embargo el anuncio del Gobierno del incremento tarifario ha levantado toda clase de reacciones, porque existía el convencimiento de que en los últimos 25 años el país ha diversificado sus fuentes de energía para enfrentar crisis como la que se está agravando, sin afectar el bolsillo de la comunidad. Y además porque los colombianos hemos venido pagando en las cuentas puntuales el “pago por confiabilidad”, alrededor de 7.800 millones de dólares a las plantas térmicas que en tiempos normales suministran entre el 25 y 30 por ciento de la energía del país. Las térmicas operan como  una especie de depósitos para épocas como esta. Pero las térmicas anuncian que no están en capacidad de suministrar energía por problemas financieros. ¿Entonces qué hicieron la plata?

El problema que yo veo aquí, es que el Gobierno ha perdido margen de confiabilidad para manejar la situación. No es asunto fácil tocarle el bolsillo a los colombianos, en un país considerado como uno de los más ricos del mundo en recursos hídricos, y también cuando se perciben específicos rasgos de improvisación. El pasado 15 de octubre, el director ejecutivo de la Federación Nacional de Departamentos, Amylkar Acosta, hizo un llamado al Gobierno nacional para que interviniera la crisis que se iba a presentar en el sector energético. Era urgente que las empresas generadoras de energía cambiaran el método hidraúlico por el térmico, ante la escasez de agua, causada por el fenómeno de ‘El Niño’.

“Las empresas que operan ya han dicho que las plantas térmicas no están en posibilidad de hacerlo, y le han planteado al Gobierno que podrían verse abocadas a una situación de insolvencia, inviabilidad e insostenibilidad, lo cual pondría en riesgo el abastecimiento de energía en la época más crítica del fenómeno climático”, dijo Acosta en ese momento.

Pero el ministro de Minas y Energía no dijo nada. Solo dos días después de las elecciones regionales, el martes 27, el ministro dio a conocer las medidas para enfrentar el fenómeno climático, entre ellas el aumento en la factura.

En el comunicado, el Ministerio explicó: “El costo de no poder contar con las plantas térmicas para generar la energía necesaria es muy alto. Este país, que le apunta al incremento del empleo y la competitividad, no puede darse el lujo de tener apagones”.

No la tiene fácil el Gobierno. Las reacciones se le vinieron en cadena. María Luisa Chiappe, presidenta de Asoenergía, gremio que reúne a los consumidores, le dijo a la W: “Los consumidores, hogares y empresas de todos los tamaños, hemos pagado una suma que puede ascender a 4.800 millones de dólares, precisamente para garantizar el abastecimiento en épocas de sequía como la que la de ahora. Esa suma ya la pagamos, como un seguro por el concepto de confiabilidad. Pero ahora los productores nos están diciendo que no pueden abastecer porque se quiebran a menos que suban los precios”.

El Contralor General de la República, Edgardo José  Maya Villazón, apuntó: “El organismo de control adelantará una actuación especial a la Comisión de Regulación de Energía y Gas, Creg, para revisar la relación entre el precio del gas natural y el precio de escasez del cargo por confiabilidad, con el objetivo de determinar si dicha asignación aseguraba la prestación continúa del servicio.

El procurador Alejandro Ordóñez se preguntó: “Frente al tema de los aportes que tarifariamente se habían hecho para lo que se ha denominado la confiabilidad, ¿cuáles fueron las inversiones que se hicieron? Son más de 16 billones de pesos que se recaudaron desde el 2008 hasta hoy. ¿Cuáles fueron las inversiones que se hicieron para afrontar la crisis que se nos está anunciando? Son interrogantes que tiene la opinión pública y la sociedad requiere respuestas”, aseguró Ordóñez.

“El Fenómeno de El Niño” estaba anunciado, inclusive predicciones de que iba a ser muy grave. Pero como el Gobierno se dejó madrugar, ahora les tocará a los colombianos sufrir no solo el problema de la energía, sino sentir cómo se le golpea la canasta familiar, más aún con el predial a la vuelta de la esquina y la cascada de impuestos de la reforma tributaria. ¡Qué triste navidad!

  • Presidente del Directorio Conservador de Antioquia.